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jueves, 31 de diciembre de 2015

6 poemas de DELMA CECILIA




Embriaguez

Miles de cristales punzan esta llaga de recuerdos.
Largas astillas mezclan  la copa de mi vida
manantial de tristeza.  
Flota mi libertad  en la caldera del mundo
alas mojadas, mariposa del ártico,
sangre fermentada en rebeldía.
  entrañas  de esclavos y serviles
maceran el vino de esta humanidad.
Mi historia es  la  redoma que  beben los caciques
vino que carcome la garganta del diablo.
Bebamos juntos,
Que mi llanto de serpiente los colme de veneno
Y caigan uno a uno
Como aguacero negro.
Bebamos,
Solo queda la nada entre mis manos
y la utopía sangrando por los ojos.




Basurero

Una  triste fumarola
Se retuerce gris y moribunda
escapa de un costal
entre huesos y metales.
Mandíbula  de humo
 Devorando las nubes que la observan.
En el suelo,
los abrojos,
Retorcidas criaturas engarzan a la tierra
Malévolas raíces.
Conquistan el  paisaje solitario inorgánicas medusas de papel,
roídas mariposas de plástico
 navíos de alcantarilla,
Escudos de cartón,
Lagartos de unicel.
La basura nace muda,
Nace odiando,
semilla de la muerte germina en el concreto,
pariendo un holocausto silencioso.





Armario

El mundo es un perchero,
tomamos nuestros trajes
Mandamos al armario la utopía
las alas mutilamos a los sueños
Y con satines el cuerpo decoramos.
Para salir al mundo
Tomamos la venda y vamos a la moda
ceguera,  indiferencia.
Humanos- maniquíes flotan en la redonda caja de Pandora.
Odio la hipocresía de la seda,
me arrojo desnuda a los caminos.




Lo cotidiano.

El tiempo es un grillete
Los minutos,
anzuelos invisibles
Yo, muerdo su señuelo.





Amarras de tiempo

Abro las cortinas
con esta lupa de nostalgia.
El autobús avanza
Sobre una  línea inagotable
Una luz corta suavemente el gris de la memoria
Miro,
El sol se abre paso en los recuerdos.
Un pasajero entrelaza el sombrero con las manos
Acaricia la rugosa arquitectura de sus dedos.
Dejo los minutos reposando,
Un cristo me observa de reojo
Descuida su vista del camino.
Una falda ancha,
Un llanto, una sonrisa.
Entiendo al fin.
El vacío cotidiano asesina el capullo de la mente.
Sobrevivir, es la única agonía.
Hace mucho
Que no  soltaba las amarras del tiempo.




Gato blanco

Qué  palidez de mundo,
Un gato blanco
Contempla la tristeza de la acera.
Ronronea en las esquinas de mi hartazgo
Maúlla taladrando mis nostalgias.
Pantera de luz,
Acaricia mis ojos con sus ojos.
Ven y arranca mi careta con tus uñas,
Desgarra  esta cobardía  que me vuelve muda.
Araña mis temores
Lame esta historia retorcida.
Déjame desnuda de pasiones
Obséquiame tu  andar desenfadado,
Tu salto sin preámbulos.
Quiero no ser
Tan asquerosamente humana.



 Delma Cecilia
























miércoles, 30 de diciembre de 2015

2 poemas de Delma Cecilia







ANTÓNIMO DEL MUNDO

 En un embudo de ira resbala mi cordura.
Caigo al vacío,
A esta  vorágine de muertos que me engulle.
Me levanto,
Palpo el fondo
 corazones crucificados
 de los que un día llamaron necios.
Las palabras me miran,
Gritan coléricas en las paredes:
Blanco- negro,
Risa- llanto.
                        Dios - Diablo
Bueno- malo.
Estiro la mano para alcanzar
Un sinónimo de mí.
Susurra un buitre:
No existes…
¡Eres antónimo del mundo!
Loca,
arcaica,
idealista

Le arranco los ojos,
giro el carrusel al lado izquierdo,
devuelvo las manecillas del reloj
para matar al tiempo.



 ***


Con esta máscara de piel y hueso,
camina Delma,
 corazón de pedernal hirviendo,
vientre,  muslos,  carne…
Manantiales y abismos.
 Eva construida
por la absurda historia de los hombres.
Soy geografía
piel de mujer,
labios y sueños
deseo y humedades
Carne sí,
Pero
carne que piensa.
El hilo delgado de mi voz
Se extiende
 hace un ovillo con el mundo. 
Soy Delma,
serpiente,
mujer,
gélido río
yegua de fuego galopando.
Soy Delma,
dueña de la llanura de mi cuerpo,
de horas y días,
bajo esta máscara de piel y hueso

Soy Delma.


Delma Cecilia

martes, 29 de diciembre de 2015

3 poemas de DELMA CECILIA




Yo, múltiple, plural, amigos míos,
no soy nada. Soy todo. Soy aquélla
que se quejaba a Dios de no ser río
y ser mar, ser clamor y no palabra,
ser laberinto y no sencilla ruta,
ser colmena y no ser única abeja...
María Beneyto

Abeja

Mujer -costilla
Siglos de silencio.
A esta voz
acostumbrada al hastío
Le  crecen alas
 Plumaje de papel y poesía.
 Una araña
Teje y desteje
 esqueletos de mariposas blancas
se traga la savia de lo eterno.
 En el alma me crece una colmena
  Una colmena que extiende su sombra
Y marca mi cera con su filo
Puedo ver mis entrañas
Mi cabeza de hidra
Pienso… Existo… Vivo…
Soy reina, obrera, mártir.
hembra sapiens,
Enjambre no,
 única abeja.






Esperanza,
humo de suspiros
éter púrpura,
la humanidad se busca
En este mundo sin rostro,
En esta  lucha de dioses.
Camina en línea recta
observa de reojo la envoltura de los otros
que siguen como ella los mismos pasos.
Teme  descubrir
la etiqueta de su precio
en este súper mercado
de hormigas moribundas.
El amor es baladí,
Fotografía en blanco y negro
Camuflado de odio
tirita en los rincones
lame sus heridas,
asoma el hocico,
espera el azote de la noche.
El amor ha pasado de moda,
Lo gritan los diarios,
El tránsito,
El vómito del monitor
El asesino de mujeres
El violador de niños,
El magnate codicioso.
Es de locos pensar en el amor,
Lo de hoy es matar,
lo de siempre,
Destruir es la moda eterna.
Deja que la esperanza espere
 que el amor se canse…


Agua,
Los ideales son agua,
Los idealistas son ríos
Peces ausentes,
mares lejanos
Corales de utopía
¿A dónde va el alma de esos peces?
al cardumen humano,
a las olas de muerte.
A la  sangre del viento.
Pequeños peces de luz en este mar de niebla.
Pobres idealistas,
 Ríos fuera de cause
Agua dulce
Diluida en sal
Y sí Sabines
Los idealistas
Están  solos,
solos.




Delma Cecilia







DECISIONES A TOMAR PARA EL PRÓXIMO AÑO Y EL RESTO DE MI VIDA

For Boris Novak

ENTRE IMAGEN y Palabra
elijo una palabra icónica y silenciosa.

Entre la Palabra y el Silencio
elijo escuchar a las flores salvajes del arrabal.

Entre la tierra y el cielo
elijo un árbol con nidos de águilas y palomas.

Entre el bien y el mal
elijo una buena maldad
porque el bien puede hacer mucho mal.

(El diablo está lleno de buenas intenciones
pero entre el diablo y dios elijo ninguno)

Entre Alicia y Dorothy
elijo al conejito blanco de Matrix (Ada Nicodemou)
(y también al león cobarde)

Entre Inês y Celina
elijo la dos (para amigas).

Entre una mujer madura y una joven
elijo  a(l) Carmen de la/mi Ausencia.

Entre todos mis poemas
elijo los más cenicientos
para la fogata del conocimiento.

Entre el tabaco y la bebida
elijo veneno de serpiente en su dosis justa.
Soy fan de la perversa Cleopatra.

Dudo entre la Vida y la Nada:
elegir es muy enervante y cansado.

Deselijo la Nada (que no existe)
                                         y  también la inconciencia/inocencia.
                        No sé. Creo que no se puede no elegir/rechazar


© SAL, 28-12-2015, inédito

4 poemas de DELMA CECILIA




Deja que los perros…
¡Faltan 43 y contando…!

Suave Patria
¿Dónde guardas  los ojos de Velarde?
En la ira escandalosa de los cuervos,
en los rostros arrancados por septiembre
en la  fallida escena
de un teatro- basurero.
No es el maíz tu superficie,
es la incómoda semilla de la sangre
brotando de  las fosas clandestinas.
                Los dioses amasaron huesos e indolencia,
parieron híbridos vestidos de apatía,
 mastican silencio,
                mascullan olvido
protegen al demonio
y lamen la bota que aniquila.
Adanes y Evas cual tibias marionetas
Cambian espejos y cristales
Por un televisor que les vomita
Ignorancia
Vanidades.
Vendas  impregnadas de bazofia,
la estupidez barata y accesible.

Afuera,
la patria convulsiona
una juventud ya harta y abatida
escupe en el  rostro de su pueblo
su legado de muerte y de miseria.
¡Sigue frente al monitor!
El ojo sordo ante tantas nimiedades
                la boca suturada con mentira   
                               el oído poblado de ignorancias
que la Patria engendre rencor entre sus huestes,
¡Tú no te muevas!
Deja que los perros se los traguen vivos.


 ***




¿Qué somos?, me preguntaste una semana o un año después,
¿hormigas, abejas, cifras equivocadas
en la gran sopa podrida del azar?
Roberto Bolaño
Para sentirme viva
Revuelco la angustia de mi carne
Arranco mis ojos para saberme ciega
Corto mi lengua y le grito al mundo
Que es una  gran sopa  podrida.
Un insolente bodrio de palabras
lucha de serpientes y escaleras.
Pero el mundo
es más ciego que yo
tiene más yagas que las mías
 la lengua más muda que mi lengua
Lanza por sus ojos
 Miradas               dagas afiladas
Y de su vientre
Jaurías de Lobos que devoran  los sueños.
Este mundo es una sopa podrida
naufragan en su caldo primigenio:
infames, Justos,
rotos, miserables.
Algunos Judas
Utilizan nuestras almas como balsa
Para flotar,
para joder la raquítica utopía.
 Mientras los otros
 Yacemos boca abajo
En  agua hirviente.
Una gran sopa podrida
Es este mundo
Ojalá llegue un dios
algún demonio
Que limpie la caldera
Y renueve el  caldo de la vida.





NO

Mariposas negras,
temo al espejo
donde habita la nada.
Mujer desconocida
barro milenario
 no  callo,
 no  acepto,
 no muero  
 Mi carne se resiste a los gusanos
Que heredó esta humanidad de muertos.
Mujeres, hombres,
Plástico, metal
  Todo es lo mismo.
Consumo, acumulo, destruyo
Destruyo
destruyo…
Gira mundo gira
Asfíxiame
 Con el denso vapor
De las  almas sin sentido
clava mi cuerpo a esta rueda de fuego
Que da vueltas,
 Planeta desquisiado
Absurdamente lleno
 jodidamente solo.
Abro las puertas del infierno
enciendo una pira con mis huesos
abrazaré demonios,
hasta el fin de los tiempos.




PALABRAS

Repta en mi piel  una serpiente,
Me baña con la ponzoña del mundo.
Sorbo el dolor muy lentamente
entre los poros escapa la cordura
como sudor que sabe a tiempo.
Hace algunos relojes,
Estaba viva,
pero muerta.
Caían en mi oído las palabras
Como estrellas nacidas de un  abismo
Hoy,
Es un mundo sin luciérnagas
Las palabras son pértigas de fuego,
 prisma de mil caras
camaleones negros
Abismos que nacen de una estrella.
 Arrojo mi vida al huracán
Donde el mundo me ciñe
con ruinas de palabras
Me cobijo.
Extirpo el grito que rompe en mi garganta
Y lo arrojo al monte donde habita el eco.
Una y mil veces
escucharé mi voz entre las rocas
Me acaban de parir
sola
haré una vida conmigo.




 Delma Cecilia

lunes, 28 de diciembre de 2015

EL LOCO




El loco no tiene casta
ni religión. Ellos transcienden
el género, y viven fuera
de ideologías. No merecemos
su inocencia.

Su lenguaje no es el de los sueños
sino el de otra realidad. Su amor
es luz de luna. Se desborda
en días de luna llena.

Viendo hacia arriba ven
dioses de los que nunca hemos oído.
Agitan sus alas mientras suponemos
que se encogen de hombros. Sostienen
 incluso que las moscas tiene alma
y que el dios verde de los saltamontes
salta sobre piernas delicadas.

A veces ven arboles sangrar, escuchan
leones rugiendo por la calles. A veces
ven el Cielo resplandeciendo
en los ojos de un gatito, 
del mismo modo  que nosotros lo hacemos. 
Pero solo ellos pueden oír a las hormigas
cantando en un coro.

Mientras acarician el aire,
doman un ciclón sobre el Mediterráneo.
Con sus pesados pasos detienen
la erupción de un volcán.

Ellos tienen otra medida del tiempo.
Nuestro siglo es su segundo.
Veinte segundos y alcanzan a Cristo
seis más y están con Buda.
En un solo día alcanzan el big-bang
en el principio.

Inquietos, continúan caminando
su tierra todavía hierve.

Los locos no están locos,
locos como nosotros.



poema original de K. Sachidanandan 
traducido por Santiago Aguaded Landero.