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domingo, 10 de noviembre de 2024

2 poemas de UN DÍA COMO HOY de MÍRIAM MUÑOZ TRAPERO




Libertades mínimas.


Que no te casen contra tu voluntad,

que no te violen,

que no te golpeen,

que no te den menos de comer,

que no te asesinen.

Dentro de las libertades mínimas

estaría que el jefe

de una amiga no la llame

a las cinco de la madrugada.

Y quién le habla de política

a quien no puede pagar la hipoteca.



***



Camino de las calcosas, 27.


Que no me dejas mecerme

en el cálido viento

del temprano anochecer,

que tus oscuridades,

son mis luces,

el cielo tenue bajo nubes ceniza,

que este posicionamiento

no te deja moverte en tus estrechuras,

intranquilidad que no cesa.

A lo lejos se escuchan

los ladridos de las perras

y, en la lejanía,

se alza el graznido del águila.

Que este posicionamiento

que no entiendes, no te interesa,

es precariedad

y estás con los que ganan,

pero los cencerros se escuchan

en el silencio de la noche

y en la lejanía sigue el águila.

Aunque la montaña

se cubre de niebla,

en la orilla los rayos

me hacen cerrar los ojos

y puedo entrever los riscos y las olas.

Que no me dejas mecerme

en el cálido viento

del temprano anochecer

que mueve plataneras,

que a su vez mueven viñas

y gramíneas,

y el viento planea por el cordel

cuando pasan las pájaras,

y no me dejas mecerme

hasta que los grillos

empiezan a cantar

y huele a flores frías,

cuando los cencerros

se escuchan

en el silencio de la noche.



Míriam Muñoz Trapero. Un día como hoy



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