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domingo, 28 de febrero de 2010

...Y LOS NIÑOS PREGUNTARON A ELADIO ORTA

–¿Fuiste un niño feliz?–Nací en Isla Canela, Ayamonte (Huelva).
Crecí subiendo y bajando dunas que ahora están cementadas,
buscando nidos de alcaravanes para protegerlos de los desalmados,
y ahora alcaraván es el nombre de una urbanización.
En cualquier momento puede saltar la liebre, dice el refrán, pero si cada vez quedan menos retamas...

–¿Has pasado alguna vez hambre?–Me encantaban los bocadillos de aceite con azúcar. El pan era pan, el azúcar azúcar y el aceite aceite.

–¿Qué opina tu madre de que seas poeta?- Ha pasado del extrañamiento de ¿éste niño qué hace siempre encerrado en su cuarto? al acompañamiento silencioso de ¿cuándo publicas el próximo libro?

–¿Te hubiera gustado ser como somos ahora los jóvenes? ¿Ves mucha diferencia entre tu juventud, la de los años setenta, y la de ahora?- Estudié para aprender y no pensando en un trabajo fácil y bien remunerado como es el objetivo de los jóvenes de ahora.

–¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Por qué? ¿De qué trataba tu primer poema?
-Empecé a escribir en 1976 (a los 19 años). Por una especie de tembleque interior. Escribí el clásico poema social, en el que los versos rimaban. Por ejemplo, invierno con gobierno y explotación con desolación. Los poemas de aquella época han desaparecido en el salitre del aire.

–¿En qué te inspiras para escribir?–Soy un mero traductor.

–Qué sientes cuando escribes un poema?-Que el tiempo pasa cabalgando en el silencio mudo e impenetrable de la respiración entrecortada de la estela del erizo.

–¿Qué importancia tiene en tu poesía el medio ambiente ¿Te gusta mucho la naturaleza?

-Os contestaré con un poema: ‘Si nací en la sal y la arena / en las retamas y el fango / debo defender la sal y la arena / las retamas y el fango’.

Eladio Orta. Entrevista publicada en la Gaceta del Estudiante (fragmentos). 2009

1 comentario:

  1. Tal vez deberíamos defender la sal y la arena, las retamas y el fango, porque nacimos DE ellas, y por tanto forman parte de nosotros; y no por nacer EN ellas; la naturaleza nos pare en cualquier parte, algunas indefendibles.

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