Hermano, perfecto es el fluir.
Sigo preparando las máscaras de los Yidam
para el festival de la luna llena
pero, sabes, hay que limpiarlas
y pegar las calaveras que, con el tiempo,
se han ido despegando de la guirnalda.
Atrapar el momento
y después dejarlo ir.
Me iría mañana mismo a la India,
pero me dices que esta charca
es la pequeña charca
de la gran charca
y que ambas son idénticas.
Sí, pero no son la misma.
Puente de Manikarán
en medio.
Antonio Orihuela.
Todo el mundo está en otro lugar. Ed. Baile del sol (en prensa)
Soleis hablar del rio de la vida como si fuera ajeno a nosotros; como si fluyera al margen de nuestras decisiones y nosotros nos limitáramos a observar. Por dios bendito, o por buda, me da igual, dejad de mirar y lamentaros y sed valientes, comprended por fin que los momentos y el rio los elegimos nosotros, todos y cada uno de nuestros días, con nuestras decisiones; no fluye lo bueno y lo malo y yo miro, dejo hacer, y lo celebro o me lamento, no, yo CREO lo bueno y lo malo, yo lo VIVO, yo lo hago PERDURAR, o yo lo APARTO. Yo soy RESPONSABLE de mi rio. Y si me quiero ir verdaderamente a la India o al Congo Belga; si verdaderamente quiero, no hay nada que pueda pararme.
ResponderEliminarY si quiero sujetar de verdad un buen momento no hay nada como seguir creándolo.
Y SÍ, la charca, cualquier charca, tiene el mismo agua que la de la India, sólo hay que mirarla con los ojos necesarios, con el alma de quien saborea la vida y rema por donde quiere, si no todas las aguas serán igualmente melancólicas.
Abrazos desde la cabecera de mi rio, aquí en pleno centro de cualquier parte (Caracas, Moguer, la India o Nueva York...).