Páginas
▼
miércoles, 20 de octubre de 2010
LA REVOLUCIÓN LIBERTARIA
Otra características del anarquismo español es su fuerza moral. La actitud vital ascética era tan evidente como la disposición para el sacrificio y la solidaridad. Todo ello hizo que el movimiento fuera extraordinariamente resitente a las represalias. Podemos burlarnos cuanto queramos de la fe anarquista en la moralidad, pero ello no deja de explicar que el fracaso del marxismo y su irrevocable descrédito como movimiento de emacipación se deba sobre todo a su desprecio de la moral. Y a la inversa, podemos decir que el declive del anarquismo como movimiento militante está en relación directa con el declive de los valores éticos que caracteriza al mundo de hoy. Si los ideales libertarios no han llegado a triunfar no es en modo alguno porque sean erróneos, sino más bien porque son demasiado nobles y grandiosos como para ser comprendidos por una época que ha elegido la bajeza y la destrucción como norma de vida. En el fondo, los anarquistas españoles fueron -al menos en el mundo occidental- los últimos revolucionarios que lucharon con todas sus fuerzas por convertir en realidad un gran ideal humano y moral. Lo que vino después -el fascismo, el comunismo totalitario, la sociedad de consumo tardocapitalista- fue o es una traición a la idea eterna de emancipación humana, un miserable sucedáneo para la inextingible nostalgia de dicha y de plenitud que el ser humano lleva en lo más hondo de su pecho.
Heleno Saña. La revolución libertaria. Ediciones Laetoli, 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario