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miércoles, 2 de febrero de 2011
LEER A BERNERI
Ya fuese por casualidad o por cachondeo, durante los años 30 las reuniones anarquistas se celebraban en el Hôtel de Russie, cerca de la Porte de Clichy. Fred iba a menudo. Asistía también a las fiestas y a los mítines del Moulin de la Galette. Su principal objetivo era desempolvar la vieja organización libertaria, que se adormecía en el culto a sus ancestros. Había que evitar el error de los comunistas, decía, para ellos la palabra de Marx es sagrada. Hay que desacralizar a nuestros precursores, contextualizarlos, recordar que sus teorías son lo que son, es decir, valores relativos, buscar entre nuestros contemporáneos a libertarios que ignoran serlo... Encontremos también nuestros compañeros de viaje, concluía...
Abrámonos al mundo de los vivos. Nosotros también necesitamos apoyarnos en intelectuales conocidos, encontrar entre ellos referencias que apoyen nuestras ideas, que nos ayuden a difundirlas en ámbitos inaccesibles a nuestra escasa capacidad mediática. No momifiquemos a Proudhon, a Bakunin o a Kropotkin...
—Es curioso que te hayas convertido en un intelectual. Uno de los pocos que reivindican nuestra filosofía. Antes la anarquía era sostenida por hombres de letras, pintores, sabios. Hoy, los artistas y escritores se alejan de nosotros. Los intelectuales conocidos huyen de nuestra compañía. Están demasiado solicitados por los Estados... La anarquía no sale rentable. Piensa en esos dos teóricos italianos, el anarquista Berneri y el marxista Gramsci. Berneri, perseguido y finalmente asesinado en Barcelona; ¿quién conoce sus escritos? Y mientras tanto los de Gramsci se citan constantemente. Deberías abandonar. Pierdes el tiempo conmigo. Vas a labrarte una mala imagen. Mejor inspírate en Barbusse. ¡Qué ejemplo de éxito social e incluso histórico! Tiene una cantidad impresionante de calles con su nombre. Me topo con ellas en mi agenda todo el rato. ¿Crees que el autor de un solo libro legible, El fuego, y que ya nadie abre, merece una gloria semejante?
Michel Ragon. La memoria de los vencidos. La oveja roja. Madrid, 2010.
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