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domingo, 31 de julio de 2011

EL FUEGO Y NO LA TELEVISIÓN




La sociedad capitalista... en ella los hombres están ligados entre sí no por lo que hacen sino por lo que ven... La televisión, pues, es la sociedad bajo el régimen de producción capitalista: el único espacio píblico en el que conozco a todo el mundo. De ahí su irresistible atracción para un animal social, el hombre, que no encuentra ya ni en el trabajo ni el ocio canales para su sociabilidad natural. Si la sociedad capitalista no es ya casi sociedad en virtud del imperalismo de la mercancía, sigue siéndolo todavía gracias a la televisión: a través de esa ventana, toda la complejidad del mundo, toda su abstracta e impersonal complejidad, se resume en unas cuantas caras conocidas... lo que importa no es lo que se dice sino quién lo dice... El nuevo fascismo... no necesitará, como cuando aún existía sociedad civil, ni golpes de Estado ni cárceles para imponerese. Bastará con que los espectadores voten por fin, como en Italia, no a algunas de las caras conocidas, sino a la Televisión misma.


Santiago Alba Rico. Las reglas del caos. Ed. Anagrama.

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