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jueves, 28 de julio de 2011
EL MAL Y EL REMEDIO
¡Medrar! He aquí el objetivo de todos los que han ingresado en la política... El cómo importa poco. ¿Hay que mudar de partido semanalmente? Pues se muda ¿Arrastrarse? Pues a imitar a los reptiles ¿Prostituirse? Pues a dejar en pañales a las rameras más impúdicas.
Comer bien, ir en coche, sostener queridas... El que no haga esto es un imbécil. La ciencia (porque hoy al robar se le llama ciencia) de vivir consiste en no carecer de nada, excepto de vergüenza.
El que tiene una pluma que vender, la vende; una palabra que alquilar, la alquila; un prestigio que explotar, lo explota. Y ¡ay, del inocente que lo censure! ¿Para qué están los tribunales sino para echar a presidio a los calumniadores que se atrevan a decir la verdad?
¿Tienen ellos toda la culpa? No; la tiene la sociedad, que transige públicamente con todas las infamias que en secreto condena; la tienen los que no retiran la mano... a todos los farsantes y bribones que, proclamando que la política no tiene entrañas, se las arrancan al país; la tienen, en fin, los electores que, por indiferencia, interés o cobardía, dan su voto a los que mudan de partido, se enriquecen sin justificación, o tienen en su vida lunares que deshoran.
José Nakens. Puntos negros y otros artículos. Ed. La linterna sorda. Madrid, 2010. (texto original de finales del siglo XIX)
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