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martes, 19 de julio de 2011
LOS CIVILIZADOS EUROPEOS Y LAS COSTUMBRES BÁRBARAS
Por su naturaleza, las mujeres no tenían sexualidad. Y cuando el deseo de despertaba provocando inquietud, mal carácter e inclinaciones eróticas, las mujeres pobres quedaban embarazadas si les fallaban los brebajes caseros y las de mayor poder adquisitivo o bien se las recluía en un psiquiátrico de por vida (aduciendo que estaban locas, histéricas) o bien pasaban por quirófano para practicarles la ablación del clítoris o la histerectomía completa con la extracción de los ovarios, denominada medicamente coomo castración femenina. Este tipo de operaciones eran muy comunes a finales del siglo XIX. Se realizaban a cientos de miles para evitar males mayores: que las féminas se perdieran en los caminos del vicio y la lujuria. Los poderes institucionales, impregnados de la superioridad masculina, promocionaban estas y otras aberraciones. Ejercían la imposición del dominio patriarcal a través de los dogmas religiosos, las leyes reguladoras del orden naturaal de las cosas, la familia tradicional, el matrimonio...
Ana Muiña. Rebeldes Periféricas. La linterna sorda. Madrid, 2008.
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