El mundo
una selva,
la escuela, un desastre,
los sujetos, un caos.
El multiculturalismo,
un peruano vestido de sioux tocando una guitarra eléctrica,
la razón, un vertedero abandonado a las interpretaciones,
la identidad, un tío vestido de flamenco
conduciendo un 4x4 en el Rocío.
La democracia, un cartel de Rajoy
cada vez más alto, cada vez más lejos,
cada vez más rasos los mensajes,
cada vez más extraterrestres circulando por la izquierda.
Los hogares vacíos de vidas y afectos
pero invadidos por la TV y la informática.
Los padres virtuales de jornadas extenuantes de once horas
con hijos sobreexplotados con las extraescolares
y abuelos arrumbados, aislados,
dopados por médicos de familia,
Juan y Medio y Agustín Bravo.
El fanatismo ultra católico del brazo del racismo
y el autoritarismo tomando las calles para limpiar España
de débiles y afeminados.
El terrorismo político, social y laboral.
La desinformación, la incapacidad para percibir y pensar
al margen del adoctrinamiento y la manipulación.
Al sur los consumidos,
al norte los consumidores.
Al norte, perdidos. Al sur,
reventados.
En el reino de la productividad y la esclavitud
el viento de la revolución
ya inimaginable.
Antonio Orihuela. Todo el mundo está en otro lugar. Ed. Baile del Sol. 2011.
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