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lunes, 28 de noviembre de 2011

HOY COMO AYER: CLIENTELISMO POLÍTICO EN ESPAÑA





Otro rasgo perturbador de la maquinaria política era el ejército de "cesantes",o empleados del gobierno que perdían sus puestos en el momento en que su partido dejaba el poder... no sólo comprendía a algunos individuos csituados en lo más alto, sino que penetraba... las capas más pobres del pueblo... hasta el más humilde portero, sin contar los parásitos, habían optenido su puesto por pertenecer a la clientela de algún personaje político... los candidatos del gobierno para la burocracia oficial no eran molestados con exámenes ni pruebas selectivas.El presupuesto del Estado, como decía Lerroux, era la lista civil de un partido... Resultado de este estado de cosas era un desproporcionado incrementeo en elnúmero deempleados del Estado, así como una disminución de su eficacia, por no ser elegidos sobre bases de competición, al igual que de su honestidad, ya que el presupuesto no podía proveerles de salario suficiente para vivir. Cada oficialía o secretaría se veía duplicada, ya que cada partido tenía su propia nómina... "Quítate tú para ponerme yo", llegó a ser el primer principìo de los partidos políticos. Pero no eran sólo los empleos del Estado los que caían dentro de la influencia de los partidos.Los principales intereses industriales de España, sobre todo bancos y ferrocarriles,estaban muy estrechamente ligados a la política; de los políticos dependía el que se consideraran favorablemente sus intereses,mientras que los políticos, a su vez, dependían de ellos en lo que concierne a puestos en consejos de administración y cargos lucrativos para miembros de sus familias.... en las últimas cortes elegidas antes de la Dictadura, 113 de los diputados eran familiares cercanos de los jefes políticos.

Gerald Brenan. El laberinto español.

2 comentarios:

  1. !Hostias Antonio, entonces a continuación llegará el auténtico Gran Hermano! Un Abrazo.

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  2. Ya sabes que las filiaciones son de sangre o políticas... y de ambas la viña parlamentaria está llena... Otro abrazo para ti, Pablo.

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