Yo no sé si la encina ha nacido de roca o ha nacido de polvo que levanta el rebaño o ha nacido de tierra, seca, caliente y loca, o ha brotado en la siesta, o es un dolor extremeño.
Yo no sé si la luna resbalando en el suelo,
yo no sé si fue el búho inventándose el nido o tormenta apretada a los barros del cielo o cuento de la bruja o causado quejido.
Encinar extremeño, mis heroicas encinas,
mis sufridas encinas milenarias y llenas de cigarras, de tórtolas, de olor de campesinas, como si fuese sangre sin encontrar sus venas. |
Jesús Delgado Valhondo.
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