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miércoles, 4 de julio de 2012

JUAN HIERRO





Te amo y te familio, hierro mío,

Porque duro es tu pecho, como de hombre.

Te llaman hierro, pero no es tu nombre,

Sino pueblo, mejor, pueblo con brío.




A golpes te retuerce el cortafrío,

Te devora el martillo, y no es su nombre,

Sino verdugo que devora a un hombre

Que tiene el corazón dulce y bravío.




Ya no te llamo hierro: sólo pena,

Sólo pueblo reseco y destripado,

Chatarra que soporta orín de perro.




Hombre que sufre al cuello una cadena.

Pueblo que escupe chispas, machacado,

Dulcísimo y metal, carne de hierro.


Luis Álvarez Lencero

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