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miércoles, 1 de agosto de 2012

A UN CHAVAL...




A un chaval de diecisiete años que por ganarse algún dinerillo
para tratar de ahorrar e ir tirando independiente de sus padres
y que hace de juez deportivo -léase árbitro- cada fin de semana
que le permiten sus estudios; le han insultado esta tarde,
le han dedicado unas palabras cariñosas:
hijo de la gran puta , perro (qué culpa tendrán los perros)
cabrón desgraciado
y el piropo siguiente: Te voy a arrancar la cabeza cuando pites el final.
Y todo ello porque un esférico, llamado balón de forma común,
objeto circular al que le dan patadas veintidós jóvenes,
no se sabe bien porqué, no se sabe bien si había traspasado o no
la línea de gol de una de las porterías que defendía el equipo visitante.

Esférico de la disputa, discordia, grito de partido,
TRESINA DE POLIMERO PARATIRIMICUARE
SEMPASUCHIL Y PAPALOLITE.
Componentes fieros, destructivos, nocivos y
PIEL   -   CUERO   -   VACAS  un animal tras otro muertos,
curtidos que secan y cuelgan de las ramas de viejos árboles
del poblado malasio Gaong Pajang en la región de Negeri Sembilan,
junto a la choza maloliente de un anciano pastor que ganará no más
de una limosna por la piel seca de sus vacas, a la espera que los intermediarios
enviados por Adidas, Niké, Reebok y otras recojan la mercancía,
y sea llevada a los suburbios de la capital Kuala Lumpur,
donde hacinados, teñidos de pobreza, suciedad y miseria
niños de seis a doce años, cortan, cosen, pegan, moldean,
mezclan su aliento, sus pulmones y sus manos con productos químicos
altamente corrosivos, venenosos, sin ningún tipo de remedio,
y se van dejando la vida y los dedos y toda la sangre
mientras olvidan sus desgracias, en esta lenta muerte que ordenan
padres desconocidos, amos, y los enviados por los anteriormente
citados que pagan cifras multimillonarias a Messis y Cristianos
por lucir fotografías de sus cuerpos moldeados en las vallas
publicitarias del planeta entero, con esos esféricos, balones,
pelotas o sus santos y masajeados huevos y cojones.

Esta es la verdadera portería, la línea marcada, la niebla de los ciegos.

Esta tarde, a un chaval de diecisiete años que para tener algunos euros
y no depender tanto de sus padres, divorciados, que no lo pasan
bien, ni tan siquiera regular en estos tiempos de estafa que va a heredar,
por hacer de juez deportivo –arbitro- y tal vez errar como cualquier humano,
le han dedicado unas palabras cariñosas:
hijo de la gran puta
perro, cabrón desgraciado
y el piropo siguiente: Te voy a arrancar la cabeza cuando pites el final.

Esta es la verdadera portería, la línea marcada, la niebla de los ciegos.

Los ciegos a los que esta tarde, como padre de ese chaval,
no pude explicarles todo lo que aquí he contado pues solo puede hacerlo un poema.

Un poema.

Un hijo, un chaval, un poema
hasta que todo muera
cruce o no el esférico
la miserable línea de gol.


Javier García Moreno. Homorragias. Editorial Babilonia, 2012.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Tanta alegría no sé si le cabra a mi "hermano" Javier Gm. Pero seguro que sí, pues se lo ha currado aprendiendo a vivir, aprendiendo a sufrir, aprendiendo a ofrecer amistad, a regalarla. Así es él, sólo un poeta.

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