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martes, 30 de julio de 2013

HERMANO TORO



 
Extraño país que madruga
para ponerse frente al televisor.
Cinco minutos, lo que dura el primer café
de la mañana.
Los toros tropiezan unos contra otros
y se empujan desorientados hacia la plaza.
 
El bar apesta a orines y aguardiente
como en otros tiempos
y algunos no pueden reprimir
el deseo inconfesable de ver la sangre
salpicando la pantalla.
El encierro ha sido corto y limpio,
celebra o lamenta el locutor.
Por la tarde la matanza
será implacable, tanto como la gloria.
 
Tómate otra botella de coñac con tus amigos
y eructa tus excesos y tu fiesta,
Ernest Miller Hemingway.
La España que conociste sigue jodida
pero honrando la tradición de siglos
y rindiendo tributo a tu memoria. !Te debe tanto!
 
Extraño país el nuestro, hermano toro.
Símbolo y seña, imponente silueta de latón
asomada a la carretera... y después te torturan
hasta morir a ritmo de pasodoble.
Aplauden tu agonía empinando la bota
de vino y engullendo pastelitos.
!Quien no fuera toro como tu para llevarse
tanta inhumana costumbre por delante!
 
 
Antonio Rodríguez Alarcón.

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