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sábado, 14 de diciembre de 2013

El Poder y los mercados.




Nos adelgazan la esperanza 
hasta quedarla como hondón de aguja,
rompiendo todos nuestros sueños
como si de figuras de barro se tratara.

En este tiempo de trepidantes cambios y adioses
a tantas conquistas que han costado siglos,
vivimos al ritmo del Decreto-Ley,
-sucios y enmarañados papeles
rubricados por manos impregnadas
de extraños intereses-

Sólo dejan gotear las heridas
de un pueblo que malvive
con un futuro incierto
y sin apenas ilusión.

Se equivocan aquellos
que sólo luchan
por el vil metal,
-divinidad que  hoy globaliza la Tierra-,
que importa más que el ser humano,
donde una inmensa minoría
degrada a la totalidad
imponiendo sus criterios.

… Por desgracia,
 la Historia se repite
una vez más.



Manuel Hurtado Fadrique.

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