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viernes, 17 de enero de 2014

LA TRISTE VIDA DE UNA MUJER



lo primero que aprende
es que no es un hombre
y tarde o temprano
el ser mujer
se vuelve un carga

y tarde o temprano aprende
que conlleva beneficios
dolorosos y dolorosos
perjuicios
que debe combatir

ella entiende, de algún modo,
que el perjuicio mayor
es la sumisión, y tarde o temprano,
ella, se somete, de algún modo,
ella utiliza con paciencia e incomodidad
las dolorosas alternativas
ella se asusta y quiere
ser una mujer madura
y llega a ser mujer madura
y se asusta
de ser mujer madura

a veces escoge, pero
principalmente es escogida
por uno o varios hombres
que se vuelven sus protectores
sus destructores
sus maridos
y amantes
que encarnan para bien
o para mal
los distintos grados
de todo lo que pasa
entre un hombre
y una mujer

a veces su cuerpo se abre
y deja salir un hijo
frecuentemente su cuerpo es
destrozado
con un dolor insoportable
aunque más frecuentemente
su cuerpo es destrozado
con un dolor
soportable

casi nunca o a veces o nunca o siempre
un hombre
penetra su cuerpo
por cien motivos
diferentes para ella
aunque nunca por amor
que ella de algún modo
busca
y de algún modo
encuentra

cuando ella ya ha sufrido
lo suficiente
y se desangra y no se desangra
y da a luz o aborta
y llora o no llora
desde el traje de novia
al luto de viuda
aprende
y cuando está cansada
aprende
que ya es vieja

todo esto más temprano o más tarde
demasiado temprano
o demasiado tarde

y aprende
a conformarse a la vida
que una mujer vieja
de algún modo
vive
en un mundo que desprecia
a las viejas

ella aprende a conformarse
a algo parecido a una vida
que nunca mereció,
a no ser que muera joven



Judith Malina. En: Antología Anarquista. Poesía siglo XX. Un gato negro Editoral, 2013

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