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jueves, 6 de febrero de 2014

DOS POEMAS DE MILAGROS LÓPEZ




MIRANDO A KAOUTAR

(Entro en clase)
Risas, hormonas, sudor, atropello.
En primera fila se aletarga la pubertad,
enlentece el pulso
la madurez que se precipita.

El padre de Kaoutar recoge limones.
La madre de Kaoutar recoge limones.
Testigos del hogar sólo de madrugada;
tras el umbral,
la vida suda exilio, injertos
y el sello del frescor levantino.
Recogen limones.

Yo pregunto a Kaoutar:
Kaoutar, ¿por qué no estudias?”
Maestra, mis padres recogen limones”.
¿Y?”
replico tras mi antifaz.

Doce años al alba en soledad,
sémola en los párpados de miel,
dos hermanos en su talego,
un guiso en las matemáticas de la última clase
y las cuentas del hogar
van derramando su infancia ácida y amarilla.

Los padres de Kaoutar recogen limones.

Cítrica es su ignorancia.




DOCENCIA HUMILLADA

Dadme cuarzo para los ojos
cuando me hacéis vértebra
del fluir de la adolescencia.

Dadme granito que infarte
mi decencia cuestionada
tras cada derrota sindical.

Sofocad mi entusiasmo,
ponedles chinchetas a las
comisuras de mis labios
que tienden a la sonrisa:
no quiero sentir personas,
trasnochar en sus problemas,
hilar sus progresos,
alentar sus sueños,
compartir sus éxitos.

Quiero parches en mi piel,
cicatrices por los recortes,
el lastre de las horas,
la deuda tras cada huelga,
la asfixia por la ratio,
las vendas de la docencia humillada
que a mi pesar olvido
cada septiembre:
saltan las chinchetas vencidas
cuando miro sus caras y
recuerdo sus nombres.


Milagros López. En: Voces del Extremo. Poesía y resistencia. Ed. Amargord, 2013

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