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martes, 4 de febrero de 2014

TRES POEMAS DE JAVIER GM






Escaparán
a hacer cielos detrás de las pesadillas
tejiendo su pájaro destino, separados
por un biombo de nácar transparente,
pasarán
volando como las hojas amarillas
de todos los otoños a fuerza de creer
en ser mil trenes cruzando veloces
sin parada en ninguna estación de alivio,
emigrarán
del recuerdo de los juncales mojados
por la lluvia cenagosa, memorias
y trastiendas de voz a palabras
llenando de nocturnos los relámpagos,
así andarán
al lomo de los diablos que vienen a romperse
contra los sonidos de la espuma blanca,
mares,
donde finalicen los pasos del sortilegio
y traguen estos maniquíes muertos
sobre las piedras bien amadas,
mares,
sin vientos, sin venenos, sin hazañas,
vendrán a gemir el sueño de los vencidos,
vendrán
escritos en la paz que dan las agonías.

Encontrarán un hogar
los ácidos,
los poetas.


*



Una niña y un niño se miran y sonríen
sentados uno frente al otro
sonríen, no saben a qué juegan,
se vuelven a mirar y sonríen
se les cae un trozo de tela,
un bote de cola, un pedazo de cuero
y sonríen y no saben a qué juegan,
se pinchan los dedos con las agujas,
se mean encima, se les hinchan los ojos,
se vuelven a mirar y no saben a qué juegan,
una niña y un niño,
niñas y niños,
obligados a jugar a no saber a qué juegan,
una niña y un niño en la planta sexta
se derrumban con las etiquetas,
con las marcas, con los precios,
el polvo, cascotes, con las piedras,
con el techo y las máquinas,
una niña y un niño mueren
debajo de los espantos del diseño,
yacen debajo del plástico de una tarjeta,
dos niños mueren mirándose, de la mano,
absortos, apercibidos de ternura, lindos,
sin saber de juegos, sin conocer inocencia,
una niña y un niño trabajan en la muerte,
la mayor de las empresas del sistema,
una niña y un niño se miraban,
torturados, arrasados en una sombra
sin saber a qué jugaban,
han muerto.

Amancio Ortega, de rositas.
Zara & Mango abren nuevas tiendas.



*

Eso sí hijo,
ya sabes lo que es una batalla
porque en en casa ocurren en periodos de paz,
y sobre lo que me preguntas de la guerra química
y todo el pollo ese que no entiendes
te lo resumo brevemente: Cash.

Han de hacer caja, vender armas, medicamentos,
destruir para reconstruir y tener a mano el petróleo.
Y sangre, mucha sangre, eso que tanto les gusta.

De todos modos si sigues sin entenderlo
te voy a pasar un par de libros de un tal Enrique Falcón
y si con ello aún no lo comprendes

bueno,
no hagas que dude de mi paternidad.



Javier GM. En: Voces del Extremo. Poesía y resistencia. Ed. Amargord, 2013











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