Páginas

lunes, 21 de abril de 2014

RESUCITAS




Resucitas endomingado porque llueve espeso sobre el desempleo en nuestro valle del buen amor, sobre el elevado deleite de este ser tan ligero, aquí lo sobrenatural es natural, como nuestra sorpresa ante el andar cauteloso de la cigüeña por el sembradío de enfrente, -patún, pataparrún, patrapatarrún-, no te asustes mi vida, llámalo si quieres rayo, rayo y después trueno, poesía, abducción, implantes, hibridación, comunión, o si te suena mejor en sánscrito, samaya, la gran identidad, el bordado del entrelazamiento cuántico de todos nuestros espejitos conscientes, tranquilo animal, vegetal, mineral, tan, tan tranquilo que deberíamos hacer publicidad de esto en la tele, la tabla de surf duerme mojada junto a las plantas prohibidas, rayo, rayo y después trueno, -patún, pataparrún, patrapatarrún-, se lo dije a Antonio sobre el viejo pozo moguereño con remate reciclado de tumba de hortelano bereber, igual que hace veinte años desde Hibernia -No escribas más de política, la poesía nunca será popular, tu revolución tampoco, pero tenemos la obligación de narrar la lluvia y la tormenta, sí, esta vida y algunas más entre los cercados de la propiedad, esa que ninguna de las miles de trompetillas de plástico de la industria del entretenimiento cuestiona. Y aún así me llevo el pin de Hércules venciendo al león, declarando a voces que no pegaré ni un solo tiro aunque fuera al frente con la mismísima columna de hierro del león leonés, hacer mágico o no hacer, brujería, como tu madre cuando reza el rosario o tu padre cuando contempla su huerta con cara de estar ante un gran cuadro, de eso, de eso hablo, el rayo, el rayo y después el trueno, samaya, llueve espesa la inteligencia de la realidad sobre el desempleo, sobre el valle del buen amor, -patún, pataparrún, patrapatarrún...

Daniel Macías Díaz



 —

No hay comentarios:

Publicar un comentario