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martes, 6 de mayo de 2014

CÓMO GANAR UNA GUERRA PERDIDA



 
Uno. Excavar trincheras
con palas, lápices y saxofones.
De las grietas, hacer cicatrices hondas.

Dos. No llevar uniformes.
Cada cual adoptará el disfraz
que menos le ofenda.

Tres. No distinguir noche y día.
Permitir la soledad a quien la elija.
Adoptar perros y recién llegados.

Cuatro. Celebrar una fiesta
por cada trinchera. Llegará el enemigo
y no entenderá nuestro lenguaje.

Les será imposible la conquista:
ellos no aman a los perros mestizos
ni arrancan orgasmos a las palabras.
Perderemos la guerra de las mayúsculas
pero la vida está de nuestra parte:
lloramos y celebramos la brizna.


Ana Pérez Cañamares
(Este poema está incluido en la antología En legítima defensa. Poetas contra la crisis, Bartleby Editores, 2014)

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