Páginas

viernes, 27 de junio de 2014

ALGODONEROS (II)




la violencia... es la respuesta a cualquier gesto que pueda incomodar mínimamente a los terratenientes, no es ni mucho menos representativa de la región en su conjunto porque la población en su conjunto sigue manteniéndose pacíficamente a raya en parte gracias a su propia ignorancia y en parte a la certeza de lo que ocurre cuando uno se pasa de la raya, en otras palabras, al miedo.

...//...

un ser humano cuya vida se nutre de una posición aventajada adquirida de la desventaja de otros seres humanos, y que prefiere que esto permanezca de este modo, es un ser humano sólo por definición, y tiene mucho más en común con el chinche, la tenia, el cáncer y los carroñeros del hondo mar.

...//...

Sus ojos, siempre alerta si bien nunca para ella sino para su familia, son los de un animalillo a la espera de la siguiente patada

...//...

La señora Tingle no sabe leer ni escribir. Fue a la escuela un día y su madre enfermó y ya nunca más volvió. Elizabeth dejó la escuela cuando estaba en quinto grado porque le dolían muchísimo los ojos cada vez que estudiaba libros. Ni se habló de comprar unas gafas: y de haberlo hecho habrían sido de baratillo como las que lleva su padre, por pura decoración, el domingo. Ya casi se ha olvidado de leer. Flora Bee dejó la escuela junto con Elizabeth porque se sentía sola.



James Agee. Algodoneros: Tres familias de arrendatarios. Ed. Capitán Swing. 2014.
Fotografía de Walker Evans.

No hay comentarios:

Publicar un comentario