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martes, 7 de octubre de 2014

Dos textos de ALQUIMIA DEL FUEGO y respuesta de SANTIAGO AGUADED a un poema de HUMBERTO AK'ABAL



FAHRENHEIT 451


Y aquí estamos nosotros en la lóbrega llanura,
agitados por confusos temores de lucha y de huida,
donde ignorantes ejércitos se enfrentan cada noche

Ray Bradbury



AQUELLA noche hacía tanto frío

que los plásticos de los invernaderos

no nos sirvieron para calentarnos.

En un mundo que perece qué importa

quemar a Cervantes o Shakespeare.




EL TÍMPANO del cielo se inclinaba sobre un mar ausente. Reemplazado por un ejército de espejos rotos, ahora el mar es fe, aunque alguna vez estuvo lleno envolviendo la tierra. Esa noche encendimos una hoguera con un libro llamado «El Clan del Perro Barcino», de ese escritor tan garrido y apuesto. Y luego añadimos «Teoría interina», de este poeta esquizofrénico mas versado en SALEDAD que en versos. «Las cenizas de abril», no bastaron para conservar el fuego. Así que echamos un cuarto libro al fuego: «El horizonte de los sueños», de ese escritor tan esbelto, tan de Ezquerra. Los primeros libros quemados después del colapso: su inconfundible olor, el crepitar melancólico de las pavesas que se esparcen, desaparecen y se hunden en el oscuro fondo del Olvido.


© SAL. Poema extraído del libro «Colapso», 2013. Con modificaciones.

En: Santiago Aguaded Landero. Alquimia del fuego. Ed. Amargord, 2014




POESÍA -  AQAJTZIJ




La poesía es fuego

quema dentro de uno

y dentro del otro.



Si no, será cualquier cosa,

no poesía.






Are q´aq ri´ aqajtzik,

kaporon chupan jun

xuquje chupan jun chik.



We man kak´ulmataj ta jewa,

man aqajtzik ta ri´.



© Humberto Ak´Abal. (Momostenango, Guatemala, 1952).

Poeta de la etnia maya K'iche. Traducción por el propio autor.

© Extraído del libro «El rostro del viento», 2012. Venezuela.

En: Santiago Aguaded Landero. Alquimia del fuego. Ed. Amargord, 2014




EL POETA EN EL LABERINTO DE LA POESIA


Humberto Ak ́Abal
Y Roque Dalton


¿QUÉ ES LA POESÍA, Humberto?
-un fuego que quema dentro de uno y también dentro del otro.
Entonces, si la poesía es fuego, el poeta es un pirómano cuya misión
es extender fuegos. Los verdaderos poetas son roques que se reúnen a
la luz de la luna (sin apolos 11) y conspiran para los fuegos fatuos se
convierta en flores de fuego. Los verdaderos poetas son incendios
invisibles inevitables. Corren el riesgo de arder violentamente en una
combustión sin control pero ellos acumulan coleccionan mecheros en
casa por si fuera necesario encender un cigarro o prender el papel del
poema falso. Los poetas son bomberos (in)voluntarios inversos que
saben que los escritorios son esfinges calientes donde se escribe el
último verso antes de despedir el orden del día. La misión del poeta es
extender el caos/la entropía en armonía con el segundo principio de la
termodinámica. Su entalpia siempre será variable y negativa. Nulla
dies sine línea.


© SAL, 6-10-14

Santiago Aguaded Landero. Inédito
Fotografía de Juan Sánchez Amorós




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