Páginas

jueves, 1 de enero de 2015

FELIZ AÑO DEL SOL ROJO



   Desde aquella nochevieja que murió Betelgeuse hay un sol rojo y enorme en la noche. Los que lo miran demasiado tiempo se tocan las llaves en los bolsillos pero deambulan hasta el amanecer por la ciudad sin poder encontrar sus casas, y al no poder recordar dónde, ni en qué trabajaban, si es que realmente tenían un trabajo, dan vueltas durante horas por la ciudad hasta que acaban poniendo rumbo hacia el campo, las montañas o las playas, muchos sienten un amor enorme todas las noches rojas, pero incapaces de determinar en quién habían depositado sus afectos y deseos acaban besando y abrazando a cualquiera, cuando no copulando a la vista de todos por calles y plazas, las puertas están abiertas por todos lados, los mendigos pasean sonrientes con los carros repletos por los supermercados sin cajeras, muchos empiezan a andar una noche y no regresan, ya no hay casi nadie que no sufra la fiebre del sol rojo, desde que murió Betelgeuse la gente vive en un asombro constante y feliz, en una eterna nochevieja desorientada y extraña, como animalillos perdidos, borracha de libertad y falta de propósito, ya no son nadie, delgados y brillantes, como avena loca y fatua...



No hay comentarios:

Publicar un comentario