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domingo, 11 de enero de 2015

POLÍTICA EMPRESARIAL





Hace cien años nos poníamos en huelga
antes que dar comida en mal estado
en los restaurantes económicos en los que trabajábamos,

preferíamos perder el trabajo
a envenenar a nuestros hermanos.

Hoy, para que nadie se lleve la comida caducada,
abrimos los productos y los rociamos
con amoniaco, lejía o friegasuelos,

la cosa es que si no se han vendido
tampoco aprovechen a nadie.

Son órdenes de arriba, nos justificamos,
no queremos perder el trabajo,
de Mercadona nadie se aprovecha
dicen los que nos mandan.

La hija, la mujer, el propio Enrique Caño, ya saben
hasta qué punto se cumple
con la política de la empresa.


Antonio Orihuela. El amor en los tiempos del despido libre. Ed. Amargord, 2014


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