Me
fumo un cigarrillo, escribo un poco, duermo…
y
me despierto cada hora sin recordar ningún sueño
y
vuelvo a fumar e intento dormirme una vez más
pero
es otro el que me habita cuando duermo
y
apenas puedo levantarme de la cama
y
arrastrarme hasta el sofá
cada
mañana
en
estos días tan ajenos
transformo
en poema cada uno de mis actos
y
empiezo a andar y sigo viviendo
por
una costumbre tenaz heredada de la infancia
del
mundo y solo a veces
solo a veces
puesta
en duda
quizás
ahora en estas letras en las que la vida
me
acaricia la nuca mientras su mano se cierra
suavemente
alrededor
de
mi garganta y mis muñecas.
Fumo
otro poco y escribo un poco más
y
eso
es estar viviendo.
Parece
tan simple como la combustión del cigarrillo
y
eso
es morirse un poco.
Bebo
agua.
Riego
las flores de una tumba que algún día ocuparé
y
siento pena
de
no poder visitarme entonces.
Me
apago.
Me
apago pero soy pasto de mis propias llamas.
Soy
el plato principal de mi jauría
en
un banquete que preparo
con
el cuidado de una madre
cuando
desviste a su hijo.
Soy
un invitado en mi propia despedida,
el
amigo al que nadie recuerda,
el
muerto que no se presenta
a
su propio funeral. Por eso
llevo
siempre mi mejor sonrisa
y
visto un traje de alquiler
que
solo me queda bien
algunos
días.
Y
esto es todo lo que hay y quizá sea suficiente
aunque
algunas veces sienta ganas de matarme.
Arrastro
una
montaña de recuerdos
atados
a mi tobillo para no perderlos
pero
cuando los reviso nunca logro encontrar
ese
recuerdo preciso en el que se explica el porqué
y
por qué algunas cosas no son comprensibles.
Tienen
los recuerdos esa extraña cualidad de las mentiras:
que
parecen más verdad cuando no los has vivido.
Y
es, al fin, una mentira
la
que nos hace estar vivos.
Javier Gallego Crudo. Abolición de la pena de muerte. Ed. Arrebato. Madríd, 2013
Javier Gallego Crudo. Abolición de la pena de muerte. Ed. Arrebato. Madríd, 2013
Ésta es la primera vez que visito tu blog, descubierto a través de otros amigos, y este texto me ha encantado. Como fumador e insomne he sentido que explicabas lo que yo hubiera querido decir tantas veces, pero al llegar a "Tienen los recuerdos esa extraña cualidad de las mentiras: que parecen más verdad cuando no los has vivido" ya me has conquistado del todo. Tengo un blog sin demasiadas pretensiones, escribo desde casi recién nacido, pero simplemente intento pasarlo bien y, si se lo hago pasar bien a alguien más, pues tan feliz. Te invito a visitar "misrelatosyesteblog.blogspot". Un saludo.
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