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miércoles, 11 de marzo de 2015

MANUAL DE SUPERVIVENCIA



Me fumo un cigarrillo, escribo un poco, duermo…
y me despierto cada hora sin recordar ningún sueño
y vuelvo a fumar e intento dormirme una vez más
pero es otro el que me habita cuando duermo
y apenas puedo levantarme de la cama
y arrastrarme hasta el sofá
cada mañana
en estos días tan ajenos
transformo en poema cada uno de mis actos
y empiezo a andar y sigo viviendo
por una costumbre tenaz heredada de la infancia
del mundo y solo a veces
solo a veces
puesta en duda
quizás ahora en estas letras en las que la vida
me acaricia la nuca mientras su mano se cierra
suavemente alrededor
de mi garganta y mis muñecas.

Fumo otro poco y escribo un poco más
y eso
es estar viviendo.

Parece tan simple como la combustión del cigarrillo
y eso
es morirse un poco.

Bebo agua.
Riego las flores de una tumba que algún día ocuparé
y siento pena
de no poder visitarme entonces.

Me apago.
Me apago pero soy pasto de mis propias llamas.
Soy el plato principal de mi jauría
en un banquete que preparo
con el cuidado de una madre
cuando desviste a su hijo.

Soy un invitado en mi propia despedida,
el amigo al que nadie recuerda,
el muerto que no se presenta
a su propio funeral. Por eso
llevo siempre mi mejor sonrisa
y visto un traje de alquiler
que solo me queda bien
algunos días.

Y esto es todo lo que hay y quizá sea suficiente
aunque algunas veces sienta ganas de matarme.

Arrastro
una montaña de recuerdos
atados a mi tobillo para no perderlos
pero cuando los reviso nunca logro encontrar
ese recuerdo preciso en el que se explica el porqué
y por qué algunas cosas no son comprensibles.

Tienen los recuerdos esa extraña cualidad de las mentiras:
que parecen más verdad cuando no los has vivido.

Y es, al fin, una mentira
la que nos hace estar vivos.


 
Javier Gallego Crudo. Abolición de la pena de muerte. Ed. Arrebato. Madríd, 2013

1 comentario:

  1. Ésta es la primera vez que visito tu blog, descubierto a través de otros amigos, y este texto me ha encantado. Como fumador e insomne he sentido que explicabas lo que yo hubiera querido decir tantas veces, pero al llegar a "Tienen los recuerdos esa extraña cualidad de las mentiras: que parecen más verdad cuando no los has vivido" ya me has conquistado del todo. Tengo un blog sin demasiadas pretensiones, escribo desde casi recién nacido, pero simplemente intento pasarlo bien y, si se lo hago pasar bien a alguien más, pues tan feliz. Te invito a visitar "misrelatosyesteblog.blogspot". Un saludo.

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