Páginas

lunes, 27 de julio de 2015

LA CASA ROJA Y NEGRA

                                                



Pájaros
cerca de mi boca

Antonio Orihuela


La casa roja y negra era un enjambre de utópicos /
una mancha vespertina en medio del retamar /
encendían fogatas al respaldo del montón de leña /
y se pasaban la noche cantando canciones aromáticas /
acompañados por el ritmo de guitarras y violines /
timbales y cajones.

No todos fumaban canutos u otras yerbas /
algunos tomaban horchata o zumos naturales.

A veces se paraban los ritmos /
escalera de madera
con diez peldaños de madera
y una voz rasgada al viento /
leyendo poemas a palo seco
dentro del vientre de la escalera
de madera.

Los ritmos del silencio y la reflexión hacían acto
de presencia en el descampado de las ideas /
y las llamas de la candela purificaban
los desenfrenos / había risas y
conversaciones bajas en decibelios /
altas en intentos de diversidad poética /
las flores coqueteaban con los insectos
y la escalera de madera
con diez peldaños de madera /
bajaba a los pájaros
a los pies de la tierra.

La casa roja y negra era un enjambre de utópicos /
volaban bandadas de luciérnagas linternas
a la búsqueda contemplativa de la luz
del salto de los salmones / había pósteres
tierrafirmistas / acompañando la humedad
viviente de las paredes / y en la entrada
del salón comunitario / daba la bienvenida
el vuelo delicado de una cesta adornada
con manzanas del tiempo y
preservativos en apuros.

La casa roja y negra era un enjambre de libros
con el ulular del búho / volando dentro
de una sílaba suelta
en el vientre de la escalera
de madera.

Por turnos
resolvían la gobernabilidad interna
con la sencillez pausada del transitar
contemplativo del vuelo de los camaleones /
a un grupo le tocaba fregar el aire
de los platos / limpiar el polvo
de las rosas y recoger la leña
seca / y al otro acompañar
las estelas viajeras de las
estrellas fugaces / en el
charco de la belleza.

La casa roja y negra era un enjambre de ritmos /
pájaros que cantan al resplandor
de la candela / cuerdas que rasguean
atraídas por la luz de la flor nocturna
que abre los pétalos / al almíbar
de las minorías.

La casa roja y negra era un enjambre de aprendizajes /
volaban pedales de bicicletas para ayudar
a desterrar al amo / que todo hijo
de vecino / llevamos dentro
del vientre de la escalera
de madera.


Eladio Orta. En Palabras de barricada; una recopilación de anarcoversos. Fernando Barbero Carrasco (coordinador). Queimada Ediciones. Madríd, 2015

















No hay comentarios:

Publicar un comentario