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jueves, 27 de agosto de 2015

4 poemas de POEMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA de RAFAEL CALERO




Invicto

He perdido todas las batallas.
He perdido todas las guerras.
Jamás una victoria.
Y sin embargo aquí permanezco.
Invicto.




Un libro de poemas de Jorge Riechmann

Camino por Granada
con una peligrosísima arma
de destrucción masiva
oculta en una bolsa de papel
de una famosa cadena
de tiendas de ropa:
un libro de poemas de Jorge Riechmann.

Voy andando por la sucia acera
como el que no quiere la cosa
ni muy rápido ni muy lento
sin llamar la atención
intentando pasar desapercibido
entre la multitud postmoderna y consumista
que abarrota las calles céntricas de la ciudad
tratando de parecer un tío normal
uno de tantos, postmoderno y consumista,
que ha malgastado la tarde
en una famosa tienda de ropa
comprándose una camisa o unos pantalones.

Pero no, no lo soy, soy un tío
(aquí no sé qué adjetivo usar)
que lleva oculto en una bolsa de papel
un libro de poemas de Jorge Riechmann.

Hombres y mujeres pasan a mi lado
como si la historia no fuese con ellos
como si hoy fuese un día de tantos
un día soleado de primavera
un día de esos en que la prima de riesgo
se eleva por encima de los cuatrocientos puntos
y el gobierno machaca al país
con nuevos recortes sociales.
Pero no, hoy no es uno de esos días.
Hombres y mujeres pasan a mi lado
sin reparar en mí
ni en el libro de poemas
que llevo conmigo
en la bolsa de papel
completamente ajenos
a mi diabólico plan
y al peligro inminente
que los acecha.





Democráticamente

Nos engañan con sus elecciones.
Nos roban con sus impuestos.
Nos manipulan con sus periódicos.
Nos despiden de sus fábricas.
Nos empobrecen con su especulación.
Nos encierran en sus cárceles.
Nos atontan con sus televisiones.
Nos azuzan a sus perros.
Nos apalean en las plazas públicas.
Nos humillan en sus juzgados.
Nos putean con sus multas.
Nos intoxican con sus drogas.
Nos encadenan con sus cómodos plazos mensuales.
Nos estafan con sus bancos.
Nos envenenan con su mierda.
Nos esclavizan con sus reales decretos.
Nos oprimen con sus amenazas.
Nos anulan con sus ejércitos.
Nos embrutecen con su sistema educativo.
Nos envilecen con su fútbol.
Nos aburren con sus discursos.
Nos alienan con su dios.
Nos dan por culo y no decimos ni mú.

Eso sí.
Todo muy democráticamente.

 

 




En tus ojos oscuros, Adela, relampaguea el fuego
Para Adela Calero

Tú serás el sol vehemente
y la luna fría
en los poemas de Rafael Alberti.

Tú serás una brizna
de hierba veraniega
en los labios hermosos de Walt Whitman.

Tú serás una pequeña rama
de melancolía fina
en los dedos amarillos de Gloria Fuertes.

Serás una flor silvestre.
Serás una estrella errante.
Serás una gota de sangre.

Tú serás Ángel González
evocando, con voz trémula,
a su madre.

Tú serás Alfonsina Storni
enamorada, al caer la tarde,
en Buenos Aires.

Tú serás Pablo Neruda,
hundiendo sus pies descalzos
en el Mar Mediterráneo.

Y serás pan caliente.
Y serás canto del gallo.
Y serás canción urgente.

Tú serás la palabra
desnuda
acariciada por Vicente Aleixandre.

Tú serás Juan de la Cruz
escribiendo, de noche,
Vivo sin vivir en mí.

Tú serás William Blake
escuchando en el bosque
…el aullido de los lobos…

Y serás la verdad.
Y serás el placer.
Y serás la libertad.

Tú serás Rafael Pérez Estrada
dibujando con palabras
ángeles sin ombligo.

Tú serás Luis Cernuda
recitando poemas de Bécquer
en la Universidad de Oxford.

Tú serás W. H. Auden
deteniendo con sus manos
los relojes y el tiempo.

Serás un río limpio.
Serás una naranja iluminada.
Serás una bandera blanca.

Y serás Ocaso en Poley.
Y serás Poeta en Nueva York.
Y serás Animal de Fondo.


Porque en tus ojos oscuros, Adela, relampaguea el fuego.



Rafael Calero. Poemas de destrucción masiva, Editorial Alhulia, 2015

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