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martes, 22 de septiembre de 2015

2 poemas de WALT WHITMAN




¡AY DE MÍ!, ¡AY DE MI VIDA!

De las preguntas que sobre esto me hago una y otra vez,
del desfile interminable de los desleales, de las ciudades llenas de necios,
de mi mismo, que me reprocho siempre (pues, ¿quién más necio que yo y quién más desleal?),
de los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos despreciables, de la lucha siempre renovada,
de los pobres resultados de todo lo que obtengo, 
de las multitudes laboriosas y sórdidas que me rodean,
de los años vacíos e inútiles de los demás, con los que me confundo,
la pregunta, ¡ay de mí!, tan triste, vuelve y vuelve: ¿De qué sirve todo esto?
¡Ay de mí!¡ay, de mi vida! 


Respuesta

Sirve para que sepas que estás aquí; que la vida existe, y existe la identidad;
que el poderoso drama continúa y que puedes contribuir con un verso.


*


PENSAMIENTO


Sobre la obediencia, la fe, la adhesión:
Cuando me aparto y observo, hallo algo profundamente conmovedor
en las grandes masas de hombres que se dejan guiar por aquellos
que no creen en los hombres.




Walt Whitman
Versión de Antonio Orihuela

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