Páginas

miércoles, 2 de diciembre de 2015

2 poemas de SALIRSE DE LA FILA de ANTONIO ORIHUELA




MOLINOS EN ZAANDAM (HOLANDA)

Un país donde la gente no conoce el sufrimiento
es presa fácil del fascismo.

Eso pensé viendo Zaandam, acordándome de Mauthausen,
apenas una aldeíta de esas sacadas directamente de un cuento de hadas
y príncipes azules.

Aunque un país donde la gente está harta de sufrir
no es extraño que abrace un día el fascismo.

En España la política siempre se ha entendido de manera cristalina:

El que gobierna hace y deshace,
la justicia es un favor personal
y la ley un capricho del que manda.

-Yo soy un mandao.
-Son decisiones de arriba.
-Lo ha dicho el jefe.
-Me limito a cumplir órdenes.
-Yo no puedo hacer nada.

El fascismo también se puede vivir sin sobresalto,
sin culpa, como ciudadanos honrados, televidentes enaltecidos,
consumidores compulsivos, pacíficos vecinos,
compañeros de trabajo, nómina, bar y quiniela.

Tú tendrás que decidir
si vas a desafiar la muerte que llamas
vida cotidiana.






LAS TAREAS DE LOS NORMALES

Empezamos siendo libres
pero renunciamos pronto a la libertad
para diluirnos en el número, en la mayoría,
en los acomodados al grupo,
los nuestros, los buenos, los elegidos,

y poco a poco

nos vamos volviendo insensibles,
después idiotas, luego viles
y finalmente terminamos siendo cómplices
de los criminales.




Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed.Amargord, 2015

1 comentario:

  1. Y lo urgente y prioritario acaba convirtiéndose en una visita al Carrefour. Estamos embalsamados por el capitalismo.

    ResponderEliminar