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jueves, 14 de abril de 2016

EN EL ESPEJO EL ROSTRO





En el espejo el rostro
de mi madre que es
el mío en edad
tergiversada.

Y no es cierto el rostro que refleja.

Un poniente voraz quema
los hoyos que la voz y la espera
han excavado.

Pozos de contenido irrelevante ahora.

No hay nada que decir
sobre este rostro.

No hay verdad y no hay huellas
– ¿quién mintió?

Hay reflejos aquí de acuosas confusiones
y rocas que los ojos han minado

-sea este polvo arcilla
de tu vientre, madre.

Pero no queda nada.

Trashumante el cariz
de las imágenes.

El fondo es una fuente ya agotada
que tiende a su humedad inagotable.

Un zumbido de aire que no
ataca. Sutil revoloteo
de signos
que se elevan.

Un velocista tenso cruza la herencia viva de estos ojos.



Lola Andrés. Cielo liquido. Ed. Amargord, 2016
Foto de Juan Sánchez Amorós

2 comentarios:

  1. La edad nos pasa factura en todo momento, aún cuando no nos damos cuenta de ello.

    Saludos

    J.

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  2. y sin embargo, como decía Lorca, "yo siempre tendré los ojos jóvenes..." Un abrazo amigo!!

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