POEMA DE PERRO AFGANO PARA TODOS LOS HERMANOS DE VOCES DEL EXTREMO

[Quería dar las gracias
con este poema
a ciertas personas
que inhiben la
recaptación de la serotonina
o te empujan a la onironáutica

...quizá sea por la oxitocina,
qué sé yo.

Mira, yo sé
que amo a la gente
de mi tribu,
pero desconocía,
me he dado cuenta,
que hay personas
que son parte de ésta
y que no saben que lo son

y que yo tampoco lo sé.

Por eso no voy a dar las gracias,
porque hay palabras que no valen
en una tribu,
porque por qué decirlo
si lo sentimos
y lo que sentimos lo percibimos.]

Me sacude en la cama
un temblor que pronto cesa
y me pregunto la magnitud
del seísmo en la escala Ritcher
o en cualquier escala musical.
El martes explotó un artefacto en
el aeropuerto Atatürk, escala
del vuelo Kathmandu-Madrid y de tantos
otros.
Un tío de las Virgin Islands estrafalario y alcoholizado
se siente culpable por recomendarme la aerolínea
en la que marcharé,
pero a mí no me preocupa el temblor
ni la muerte
desde que sufrí la belleza a escalofríos
en un paraíso en la tierra puesto de ácido,
es desde entonces que lo llevo dentro,
vibrando a 494 Herzios,
si bemol para los amigos,
un sí a la vida,
pero no un sí cualquiera,
un sí de caracoles y espirales,
un si bemol
intenso, rápido, agitado,
como el tercer movimiento de la
decimocuarta sonata de Beethoven,
un si bemol que no es si bemol,
con los pulmones llenos y los ojos como platos,
y la sonrisa de la friska
de la rapsodia húngara n. 2,
un si bemol irrintzi
en las montañas del Hindustán,
como un cálido gemido de magnitud 6
en la escala Ritcher,
que daña algunos edificios que ya no habitamos,
porque ahora somos salvajes,
a la fresca de la vida,
con un techo de cariño,
un temblor que mueve el mundo.

[A quienes estuvieron.
A quienes no.
A quienes olvido.
A quienes tiemblan.]



Poema de Perro Afgano leído en la casa de las retamas de Eladio Orta en Isla Canela para festejar los XVIII Encuentros Voces del Extremo. Poetas en Moguer, 2016.