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sábado, 10 de septiembre de 2016

HACIA UN RUIDO de MARÍA SALGADO -fragmento I-




Es 1902. Hay una mujer que duerme con su nieta. Esa mujer que duerme con su nieta dormía con su abuela. Esa nieta que duerme con su abuela dormirá con su nieta en 1959. Es 1936 y hay gente que no hay. Hay muritos. En España era una dictadura en la que se podía entrar y salir perfectamente, dice. El marido de su hermana no sabe dónde hay dos hermanos suyos. Es 1941 y ahora hay un ciclón que rompe el cielo. No hay nada más que hacer que entrar en cama. No hay nada más que hacer que salir a rezar de la cama. Sale. Nace en 1984. Un año antes de 1985 su hija nace. Son los 90 luego. No es nada los 90, una revolución de nuevos ricos. Yo ya viví en los noventa el 0'7 y los cantautores y mi familia es anarquista y mira, no, ya el primer día vi que no, y todo eso que no es arte, que es política. Que no es cinismo, que entiéndeme, que lo normal. Es 1977 y su madre cree que tener consiste en pedir permiso para usar por ejemplo un tocadiscos. Se pone un diente de oro en cuanto tiene dinero para curar uno de carne. Se implanta uno de carne en cuanto se le rompe el de oro porque el diente de oro está ya muy marcado como de dónde vienes. Nunca fue suyo el diente. La cultura. Es 1956 cuando nace. Su marido es de Tánger pero Tánger no era de Marruecos cuando nace. Beben. Con un amigo del barrio de Tetuán que trabaja como chófer para un jeque. Con su mujer y su hija y su novio de su hija y el camarero y su mujer. El oro es de rumanos, dicen. El oro no es de Rumanía, dirían. Ahora es 2015. Hay gente que se va, pero luego extraña la vida social, los amigos, la familia. Yo no me voy. Para sentir que no me echan sino que yo lo elijo. Irme. Sale. En el 82 el futuro era ilusionante, hoy no me gusta lo que viene. Lo que viene me da miedo. Cuando Pablo Iglesias o Íñigo Errejón pronuncian la frase “no se puede ser demócrata sin ser antifascista” ¿qué significa? Digo de verdad, ¿qué significa? Cuando llega del Brasil el primer cadáver de la primera hermana que trae su primer y último sueldo en el bolsillo. Cuando se escucha la primera vez la música después de la guerra su hijo de su abuela que se mea. Cuando se acerca al molino donde está escondido su hermano de su abuelo que se caga del miedo. Cuando se brota su hermano de su abuelo que lo atan al suelo. Cuando le dice a su madre que es gay, que se queda sin ver. No te escucho porque ya estás clasificando. Yo soy una mujer y a mí no sé de qué me estás hablando. No es tan así. Yo vengo de otro mundo, otros valores. No entendéis nada, lo habéis tenido todo. Sólo es un diente, no soy yo. No es un diente solo, sólo soy yo que sufro del performativo. Me avergüenzo de amar. Me avergüenzo de no haber sabido hacerlo. Me avergüenzo de mi escritura. Me avergüenzo del ajuste entre mi vida y la escritura. O pluma. Significarse, tener miedo. No existir o insignificarse. Amar, escribir, significarse, no tener miedo, ¿son un poder etnógrafico, de género, de clase o de lenguaje?  

María Salgado. Hacia un ruido. 
ediciones contrabando
Poesía 7
24 x 16,5 cm; 84 págs.
Rústica cosido con solapas
ISBN: 978-84-944964-6-2
DL: V-1052-2016
PVP: 14 euros

Ilustración de Matilde Granado Belvis

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