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jueves, 8 de diciembre de 2016

4 poemas de ABISMO de RAFAEL HERNÁNDEZ

GRISES


Nacemos de colores
con los mofletes de colores
con los genitales de colores
con los ojos de un color azul intenso.

En la infancia nos regalan lápices de colores
para que pintemos la vida con colores llamativos.
Nos manipulan
nos educan dicen ellos
y nos enseñan que el rosa es para las niñas
las que lloran
y las luces frías
para quienes llegaron a este planeta de colores con la impuesta obligación de pelear.

Nos enseñan a competir
– para el primero el color más radiante
el amarillo –
a ser los mejores
sin que resulte preciso alcanzar previamente la condición de buenos.
A ver quién dibuja con los colores más fuertes.

En la juventud imaginamos el futuro inundado de colores brillantes:
rojos explosivos
magentas intensos
púrpuras o verdes que nublan la visión con solo cruzar la mirada sobre ellos.
Después nos volvemos grises
para enfrentarnos a una estación solitaria
mostrando el miedo mientras nos giramos
para escondernos tras un póster con nuestra propia imagen.
Nos volvemos grises.

Subimos los contrastes en un intento baldío de recuperar los colores marchitos.
Asesinamos los tonos.
Los blancos
tan blancos
deslumbran nuestros ojos y nos impiden reconocer el entorno
distinguir el bien del mal
quizá porque descubrimos que no existen
un simple un invento de los manipuladores.
Los negros
tan negros
tan profundos
nos sumergen en un abismo
también negro
también profundo.

Retrocedemos y nos volvemos grises.
Nos volvemos grises
pero al buscarnos en algún espejo
comprobamos que unos ojos
los nuestros
aún permanecen azules.
El postrero engaño de un cerebro cruel
mucho
un regalo envenenado de la naturaleza.

A 8 o a 16 bits por canal
con 256 o con 32.768 grados en la escala...
nos volvemos grises.

EL MUNDO QUE NUNCA QUERRÉ


No quiero un mundo donde los vagos dan lecciones de trabajo duro
y los tiranos de libertad
donde la telepantalla edifica verdades aparentes sobre mentiras obvias
donde la fe se disfraza de certeza y la certeza se viste de fe
donde amar a los animales se convierte en delito y su asesinato en arte
donde llamamos progreso al holocausto programado de la naturaleza
y anti-sistemas a quienes se rebelan contra él.
No quiero un mundo donde se nos impone hacer lo que otros determinan
recluidos en vidas de laboratorio.
No quiero un mundo donde se idolatra a los futbolistas
tanto como se desprecia a los poetas
donde los idiomas se emplean para la distinción y no para el entendimiento
donde pensar se prohíbe y obedecer se premia
donde trabajamos desquiciados en lo que nos ofende
para consumir lo que nada nos reporta
donde amamos a escondidas
mientras difundimos sin pudor la violencia por las redes.

Un lugar donde fronteras
polis y jueces
se intuyen imprescindibles
nunca será el mundo que quiero.

POSESIVOS


Mi coche
mi bandera.
Mi Dios
mi casa
mi patria
mi familia
mis hijos
mis padres
mi trabajo
mi pareja
mis amantes.
Mi música
mis poemas
mis cuadros.
Mis gatos
mis obsesiones.
Mis deportes
mis amigos
mi empresa
mis ideas
mi partido
mi ONG.
Mi abogado
mi asesor fiscal
mi gestor de banca
mi médico
mi psicólogo.
Mi tierra
mi pueblo
mi calle.
Mis sentimientos...

La perpetua falacia de los posesivos.
Simulan donarnos propiedades
cuando somos nosotros quienes les pertenecemos.

ES POESÍA


Aunque ni juegue con las asonancias ni suene bonito.
Aunque ni siquiera suene.
Aunque enviude de ritmo.
Aunque no dibuje de colores las palabras.
Aunque le falten las comas y las interrogaciones.
Aunque archive la métrica en el almacén de los olvidos.
Aunque ignore las sinalefas y las sinéresis.
Aunque contenga leísmos.
Aunque desconozca de cuartetas
de quintillas
de octavas
o de décimas.
Si duele hondo.
Si desgarra el alma como quien arranca sin sedantes la carne desgarrada...

Es poesía.



Rafael Herández. Abismo. Ed. Círculo Rojo, 2016
Matilde Granado Belvis

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