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lunes, 26 de diciembre de 2016

SOÑÉ



Soñé con el abuelo paterno
del poeta Eladio Méndez.
Se llama Tomás
y está preso
en el campo
de concentración
de Castuera,
en Badajoz,
pero eso da igual
porque podría estar en Mérida
o en el Puerto de Santa María
o en Valladolid
o en Córdoba
o en Alicante
o en cualquiera otra
de las miles de prisiones
que brotaron como setas venenosas
en la España herrumbrosa
de la  posguerra.
También están presos
sus tres hijos mayores.
Tiene más de cincuenta años
y está muerto de hambre
y tiene frío y poca ropa
y tiene muchos piojos
y anhela a su mujer
y quiere ver a su hijo pequeño
que no está preso
probablemente
porque no es más que un niño.
Pero no volverá a verlo
porque Tomás morirá en la cárcel 
y en su partida de defunción
sólo pondrá “muerte natural”
aunque no hace falta ser muy listo
para saber lo que eso significa
en la dictadura franquista
y justo después de su muerte
la familia recibirá
un documento oficial
en el que se puede leer
que Tomás es “inocente”
de todos los cargos
que se le imputan.
Y mi sueño se apaga
con estos versos
del poeta Eladio Méndez:
Abuelo,
yo me quedé sin la ternura
de poder sentarme sobre tus rodillas…


Rafael Calero

4 comentarios:

  1. Gracias Rafa por crear e incluir este poema en tu próximo libro,
    Gracias a Voces del Extremo por querer publicarlo en este nuestro blog.

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  2. Gracias a ti, compañero, por compartir conmigo la historia de tu familia. Salud.

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  3. Muy emotivo. Una vez más agradezco a la vida la poesía, porque ella nos cuenta las crónicas e nuestra historia con el bálsamo que suaviza el dolor y la rabia de una realidad en carne viva.
    Gracias, Rafael Calero.
    Cómo te dije, quiero tu libro.
    Saludos!

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