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sábado, 8 de abril de 2017

LA GIMNASTA Y LA LOCA




A María del Prado
Me he encontrado contigo,
entrenadora, en la puerta del psiquiatra:
me dejaste la vida
manchada de psicosis.
Mis párpados de plástico
no saben cerrarse
y no puedo cerrar mi boca
del asombro de vivir.
Por eso nos encontramos,
casualmente,
frente a la consulta del médico.
Hoy comí miguitas de pan, castígame.
Pero es el psiquiatra el que me obliga.
Ha pasado mucho tiempo
y seguro que ahora eres
una madre estupenda.
Qué lindos tus hijos
y yo tan rota, esperando mi turno
en el médico de los locos.
Me dio mucha vergüenza
que vieras mi fracaso
frente a tu fracaso:
yo.
Te habría dado un abrazo y besos
porque tú sólo pensabas que debía
volar por el aire,
como Dios andando sobre el mar.
La vida es un proyecto así:
creer que puedes hacerlo,
andar sobre el agua. Con rotundidad:
no podíamos hundirnos.
Y ahora estamos ahogadas
en nuestras derrotas:
la vida es eso, finalmente,
flotar con las pesas que nos ponías
en los tobillos,
así tu salto llega al cielo.
Así tu salto llega
a la consulta
del psiquiatra.


Eva Vaz. Trabajo sucio. Ed. La Isla de Siltolá, 2017
Fotografía de Ambar Past. Varanasi.

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