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sábado, 25 de noviembre de 2017

4 poemas de POEMAS PARA ABLANDAR A LAS ROCAS de GUILLERMO VEGA ZARAGOZA


 
 
Te hablo del poeta

Escribir es alegre.
Uno puede escribir
alegremente que se va a suicidar.
Georges Perros

Voy a hablarte de un hombre
pero no de ése que escribe
con caligrafía palmer
y sueña a ser montaña
para tratar de conquistarte.
Te hablo de alguien
al que no le basta soñar
con ser montaña.
Él es la montaña.

Te hablo del poeta,
un ladrón, un forajido,
que sin vergüenza hurga en tus secretos.

Te hablo del poeta
que no renuncia a tu cuerpo,
al que le tiemblan las manos
cuando traza la agonía de tu perfil,
que muerde y ya no suelta
cuando lo tientas,
que se arrastra para lanzarse
desde el precipicio de tus senos,
el que más que tu esencia
desea la fragancia de tu centro,
que te sostiene la mirada
y puede morir bajo el peso de tus párpados,
el que blasfema y maldice
y al final se quedará siempre solo,
el que traicionaría a Dios
para descifrar el misterio rosado
al final de tu espalda.

El que recuerda todo
porque lo sabe todo.
El que no dibuja con luz
pues él es la luz.
El que no cree en señales
ni cambia tu nombre en la primera cita,
el que te conoce desde el principio
porque él ya era antes de ti.
El que hurta
y arranca vidas sin remordimientos,
el que habita en la soledad de tu cuaderno.

Te hablo del poeta,
el hombre con hambre de nombre,
el ser más desgraciado,
que medra, se arrastra,
traiciona y se agazapa.
El que no tiene amigos
ni te tiene a ti.
el que sólo tiene palabras
para sobrevivir,
aunque las palabras no sirvan de nada.



Canto para ablandar a las rocas

Pero yo sé su nombre:
roca, le digo,
y comienza a ablandarse.
Eduardo Lizalde.

No es fácil
hallar la orilla del canto,
la causa de tanta voz
rasgando la oscuridad.

Canto porque no entiendo.
Canto para entender.
Canto para no perder la voz.
Canto para no perderme.

No es fácil
hallar la razón del canto
cuando no hay más que sinrazón.

Canto para ensuciar las alboradas.
Canto para desmanchar el cielo.
Canto para acercarme a la punta de mis pies.
Canto para ganar el pasaporte a tu piel.

Canto para inaugurar las cosas,
como tu corazón, por ejemplo,
pero me hacen falta dientes
para ablandarlo y comerlo.

Ya está:
me hundiré en el silencio
para ver si así me escuchas.


Plegaria

Para Otto-Raúl González, in memoriam

Dios:
líbranos de los poetas.
Cárgatelos a todos de una vez,
de nada sirven,
mas que para ponernos tristes
con palabras que hieren,
que incomodan.

Nos salpican y nos ensucian
con puras verdades.
A nadie le gusta la verdad.
A nadie le gusta verse reflejado
en palabras que ni entiende.
Por eso a nadie le gusta la poesía.

Poesía,
la de las canciones de la radio.
Poesía,
la de los informes de gobierno.
Poesía,
la de los columnistas políticos.
Poesía,
la de los reportes financieros.
Poesía,
la de los cronistas deportivos.
Poesía,
la de los presidentes asesinos.
Ésa sí es poesía de veras,
música para los oídos
de las
corporaciones multinacionales
(¿puede haber algo más poético
que estas dos palabras juntas en un poema?)

Los poetas no saben de poesía.
Los poetas sólo saben lastimar.
Los poetas no tienen
ni tuvieron madre,
por eso no respetan nada
ni a nadie.

¿Qué es eso de inventar colores
de alegría y esperanza?
¿Qué es eso de darle
voz y voto a los geranios?
¿A quién le importa un conejo
con las orejas en reposo?
¿Para qué hablar de venados y pájaros,
lunas mutiladas y conciertos para metralleta?
(pensándolo bien,
esos sí tendrían alguna utilidad:
aleccionar a las tropas mercenarias
que luchan por la libertad)

El hombre del nuevo milenio
sólo debe pensar en consumir
y olvidarse de mariconadas
como la poesía,
que no sirve de nada.
Se los digo yo,
que escribí este poema inútil
y el mundo sigue igual que siempre.

Que Dios nos salve de la poesía.



Disfraz

Me he dado cuenta
que todos los días
al salir de casa
rumbo al trabajo
me disfrazo
del hombre
que ya no quiero ser
y voy por la calle
interpretando un papel
que no va conmigo

Por eso
en la noche
al regresar a casa
lo primero que hago
al cruzar la puerta
es desvestirme
casi me arranco la ropa
y la cuelgo en el armario
hasta mañana
para interpretar otra vez
el papel con el que me gano
tantos aplausos
y que me hace llorar
en las noches



Guillermo Vega Zaragoza. Poemas para ablandar a las rocas. Abismos casa editorial, 2016

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Querido Antonio
    Me alegra volver a leerte después de la intensa campaña para publicar mi primer libro
    Palabras nacidas de la espuma

    Espero seguir disfrutando de tus letras.
    Un cálido beso!

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