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martes, 23 de enero de 2018

¿Por qué estudiar tanto si vamos a morir?

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Ana María, una niña colombiana de nueve años, pregunta a su madre –a quien ve a menudo enredada entre libros, encerrada con libros--: “Pero ¿por qué estudian ustedes tanto si todos nos vamos a morir?”

¡Es una pregunta importantísima! ¿Qué hacemos frente a la muerte y el sinsentido, frente al abismo de la condición humana? Pierre Bourdieu, por ejemplo, diría: luchamos contra la muerte simbólica. El gran sociólogo francés parte del sinsentido originario que caracteriza la condición humana. Las sociedades humanas intentan “desprenderse del sentimiento de la insignificancia de una existencia sin necesidad”:[1] la producción social de sentido se realizaría a través de los juegos de distinción entre las personas y los grupos, en la búsqueda de reconocimiento por parte de los demás. Bourdieu, cercano a Pascal, analiza esta búsqueda de reconocimiento como una “ficción social” que sitúa artificialmente en su centro el “ser percibido”: aquí no estaríamos tampoco lejos de denuncia de la Mentira Social por parte del poeta anarquista Kenneth Rexroth.

Qué hacemos con la muerte (con nuestra finitud y mortalidad) acaba definiendo, en muy alta medida, cómo vivimos –personal y colectivamente. Gabriel Albiac lo plantea con mucha crudeza en una entrevista que ya cité en un capítulo anterior de este libro: “Un bicho que es mortal y que, al mismo tiempo, lo sabe, cómo demonios se las apaña para no exterminar a todo lo que hay alrededor”…[2] Bueno, una posible respuesta sería: hacemos filosofía, hacemos religión, hacemos arte… “Todo nuestro arte es una captación de la muerte y una protesta contra la muerte. En el mismo momento en que el hombre adquiere conciencia del tiempo, que es el sendero hacia la muerte, adquiere conciencia de la necesidad de rebelarse contra él. El arte, con sus distintas máscaras, es el fruto de esta rebelión”, señala Rafael Argullol.[3]






[1] Pierre Bourdieu, Méditations pascaliennes, Seuil, París 1997, p. 283.
[2] Gabriel Albiac (en una entrevista en Filosofía Hoy 50, invierno de 2015-2016, p. 12) recomienda releer los escritos de Freud entre 1914 y 1920. https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-76765/ALBIAC.pdf
[3] Rafael Argullol entrevistado por Carlos Javier González Serrano, publicado en el blog El vuelo de la lechuza, 26 de mayo de 2014; http://apuntesdelechuza.com/2014/05/26/entrevista-a-rafael-argullol-todo-nuestro-arte-es-una-captacion-de-la-muerte-y-una-protesta-contra-la-muerte/





 En: Jorge Riechmann. ¿Vivir como buenos huérfanos? Ensayos sobre el sentido de la vida en el Siglo de la Gran Prueba. Ed. Catarata, 2017

3 comentarios:

  1. Cruel paradoja. La naturaleza nos dota de instintos y medios para luchar contra su inapelable condena. Es como si un juez, cuyo inapelable veredicto está decidido de antemano, pusiera a nuestra disposición la defensa.

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  2. Muchas gracias Jorge, es un placer leerte.

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