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martes, 10 de abril de 2018

5 poemas de DELMA CECILIA





Rarámuri
En una falda de neón y flores
habita la raíz de tu silencio.
La voz de la barranca traspasa la frontera
de los siglos que te nombran en el rumor de la cascada.
Deambulas con tus pies ligeros
en el verde sonido del encino
en el azul de la nostálgica miseria,
en el púrpura tropel de los recuerdos.

Atado a tu pecho cargas el murmullo
de la lengua mestiza que te hiere.
Un desprecio ancestral te mata el corazón
y hace languidecer tu geografía.

Te robamos los bosques, los pinos, los madroños
sepultamos tu historia
en las estatuas de bronce y en los cristos.
Pero sol y luna que son tus padres
Esos, un día
Nos cobrarán muy caro la pálida memoria.



La Bruja



Miles de cristales punzan esta llaga de recuerdos.
Largas astillas mezclan  la copa de mi vida
manantial de tristeza.  
Flota mi libertad  en la caldera del mundo
alas mojadas, mariposa del ártico,
sangre fermentada en rebeldía.

Entrañas  de esclavos y serviles
maceran el vino de esta humanidad.

Mi historia es  la  redoma que  beben los caciques
vino que carcome la garganta del diablo.

Bebamos juntos,
Que mi llanto de serpiente los colme de veneno
Y caigan uno a uno
Como aguacero negro.

Bebamos,
Solo queda la nada entre mis manos
y la utopía sangrando por los ojos.





OCHO COLUMNAS

Para Miroslava Breach

Palabras mutiladas
ondean en el asta de la muerte,
Las púas de la injusticia
 oxidan la verdad y la aniquilan.
El silencio corta la luz de la consciencia
y la palabra sangre,
gotea caliente por las calles.

Inmundas hienas
 detienen tu vuelo de paloma herida
te dejan muda,
ahogan la verdad en tus entrañas.

Al amanecer,
los diarios parieron tinta muerta,
mentira acomodada a ocho columnas.
Un nuevo cardo nos florecerá en el pecho,
el cardo de tu muerte Miroslava.

La humanidad volverá al tiempo de lo efímero
Y las noticias…
Reptarán con su máscara de humo
en la cueva donde habita el alma de la nada.
El mundo se ha vuelto una vitrina.





PARA JOSÉ  MARTÍ 


No soy la de Guatemala
Y no me morí de amor
Me mató la indiferencia
Que como flor me segó.

Muero en los libros de historia
Que no mencionan mi nombre
 a mi me quitan la gloria
de las estatuas de bronce.

Como de bronce candente
Es la invisible agonía
El desprecio de la gente
Es lo que arranca la vida.

No es que sean desmemoriados
Es que no importan las muertas
Suman  lirios, orlas, ramos
Cajas de seda desiertas.

Dicen que morí de amor
Y  he muerto ya tantas veces
En las bòvedas heladas
Y en las camas de los peces

Cuando canta el ruiseñor
Y en las arenas doradas
Dicen que mueren de amor
Pero son asesinadas.

Callada al oscurecer
Todo es aterrador
No soy la de Guatemala
Yo no me morí de amor…



MUJERES DE GUERRA

Siria

Los misiles dibujan la imagen del horror.
Los gritos se acumulan
En una lágrima vacía,
En un vientre huérfano
En un cuerpo muerto.

Cuánto dolor se fermenta en el silencio
en el escombro de esta guerra infame
de esta humanidad tan mal parida.
Mujeres, niñas
sombras del espanto
Rostros que se pierden en el polvo.
Callan, observan, lloran
 extienden las manos
 para alcanzar el corazón del sol
 y poder incrustarlo en su pecho 
hasta alumbrar las grises  pesadillas.

Hija, madre, hermana, amiga…
Cuanta pólvora masculla tus recuerdos
Cuántos hijos entregarás a la carroña
Cuántas horas más bajo la guerra.



Delma Cecilia. Inéditos











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