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miércoles, 9 de enero de 2019

3 poemas de TERESA RAMOS





LA CATEDRAL Y LA MUCHACHA

                                               “…Y te miro y te veo,
 y encuentro una catedral inalcanzable,
 con una altísima cúpula…”
                                    Natalia Campos

Miro hacia esa altísima cúpula
que me incita a ras de suelo;
penetrada de blanca luz
me turba ideas y tendones.

Soy completamente sótano,
profunda oscuridad,
urgencia de extremidades.

Irrigada por esta acequia
roja que me inunda,
reverdeciendo en humedales
rompo las cadenas
de este cautiverio
y brinco hacia tus brazos.

Olvidándonos de la bruma,
en tu espalda despertamos
un vocablo que tú acallas
en mi boca.
Sellando la tuya con coraje,
aprendo a enunciar
el verbo que sabe crecer
en el silencio.

Extendidas las lianas,
arrimándome a tu torso,
me ciño a tu cintura.

Ruborizadas las vidrieras
envidian esta lumbre
que nos prende la piel.

Corrido el velo de las calendas
-ya rendidos- se revela el secreto
que enuncia silente la voz.

Y nace el canto que surge
del abrazo de dos animales
enredados siendo un cuerpo.

Ayer, olvido. Hoy, voz innominada.
Mañana, agua.              



ESE CUERPO

Ese cuerpo que pasó por mí
existió como el acantilado
que me esperaba entre
los sueños.

Ese cuerpo
conoció la piel tersa
de una luz interminable
en los días que se negaban
a matar el amor, y vivieron.

Ese cuerpo
que es el mío, que se escondía
de puntillas entre los bordes
de tu almohada.
Allanando tu morada. Y tú,
sin saber y yo, casi rota
al despertar –abofeteándome
la mañana con sus ruidos
cotidianos y su inconveniente
realidad-.

Ese cuerpo
caminó entre las habitaciones
de tu casa, descalzos los pies.
Y era tan tuyo, tan poco mío,
tan sin ti, tan sin mí misma…
Ese cuerpo, templo deshabitado,
camina hoy con sus viejas botas.

Ese cuerpo
que en el espejo se mira
y no se reconoce: dictadura
de la gravedad. Ha perdido
y ha encontrado la ganancia
que sólo le entrega el aire
y el sonido de los versos
susurrados en tu oído,
allanando tu morada
cada noche.    

Tan sin ti, tan a solas,
tan sin nosotros.

Ese cuerpo.








FUTURO DE ROSAS
                                              
En nuestro futuro improbable
abro la ventana, salta el gato,
corre por campos de trigo,
brinca entre olas de espigas,
se llenan los rincones de espuma,
la roca se hace canto rodado.
Nadamos en cascadas
dormimos entre almendros.
todo ocurre lentamente,
hablamos del sexo de las rosas,
perseguimos su aroma y silueta,
pretendemos ser ellas.

                                                           Teresa Ramos


                                                                                              De Sur a Sur en Verbo y Verso
                                                                                              Poesía Erótica Escrita por Mujeres
De España y Latinoamérica

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