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domingo, 26 de mayo de 2019

ME ENSEÑARON





Mi alma es esa casa de madera que arrastra el vendaval
Juan Carlos Mestre




Desde pequeña me enseñaron
que debía atesorar objetos
para dejar herencia.
Mi casa acaba de quemarse.

Me enseñaron que si trabajas
es para obtener beneficios
y comprar la felicidad a plazos.
Mi casa acaba de quemarse.

Me enseñaron el camino recto
que llevaba a la Iglesia los domingos.
Mi casa acaba de quemarse.

Me enseñaron que la apariencia
ayuda a que te respeten
y por eso yo llevaba vestiditos
que eran la delicia de las madres.
Mi casa acaba de quemarse.

Me enseñaron que la familia es indisoluble
y los hermanos son sagrados
aunque te sangren.
Mi casa acaba de quemarse.

Me enseñaron a disimular el dolor
y las mentiras,
a sonreír puertas afuera
para que todos envidiaran esta vida perfecta.
Mi casa acaba de quemarse.


Me enseñaron a callar
porque sólo era una niña que siempre
tuvo fantasías de cría inútil
y absurda comunista.
Mi casa acaba de quemarse.

Me enseñaron a dejar de respirar
para ahogar en el silencio la belleza
y yo me convertí en palabras sin sonido.
Mi casa acaba de quemarse.

Ahora, ante los escombros de la casa,
aprendo a vivir de nuevo
y la libertad nace de las cenizas.



Montserrat Villar González. Sumergir el sueño. Ed. Lastura, 2019


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