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domingo, 18 de agosto de 2019

16 poemas de SIMULACRO de JULIA NAVAS MORENO





CRECER
                         
En un momento de tu vida
creces en altura,
crecen tus caderas,
tu pelo,
tu barba,
tus hormonas se reactivan
ingobernables.
Crecen tu impaciencia
 y tus expectativas.

Llegado a un punto
—cada cual madura a su tiempo—,
crece tu visión del universo
—aunque la presbicia la entorpezca—.

Crece tu tolerancia,
tu escepticismo,
tu desencanto,
tu capacidad de asimilar el fracaso
y transformarlo
en lección.

Y sí, no es extraño,
crece tu ansia de vivir
mientras es alimentada,
también,
por los restos
de todas las ciudades arrasadas.




 CRISTALES ROTOS

Fue un crujido extraño,
el quebranto del exoesqueleto
de un insecto.
Pero el tacto era frío
y la sangre brotaba de mi pie izquierdo.

Había restos de cristales,
nuestros cristales rotos.



 DESILUSIONES

Has abierto una caja de bombones
y estaba vacía.

El corcho de la botella
sale sin una explosión jubilosa.

Nadie acude a tu cita.

No puedes tumbarte en la arena,
la marea está demasiado alta.

El maquillaje elegido
no te favorece.

Los zapatos que visitabas
día tras día, pegada tu nariz
 al cristal del escaparate,
siempre acaban rozándote,
martirizando tus pies y tu paseo.

Tus padres lucharon por tu futuro,
pero aún siguen llenando tu nevera
y vistiendo a tus hijos.
Soñaste con envejecer con alguien a tu lado
y tus pasos se han convertido
en solitarios y erráticos.

Hay una urna que espera tus cenizas
—qué liviandad la muerte—,
pero aún no ha llegado tu hora.







  BLACK FRIDAY

Pasen y compren,
pierdan la cabeza por
aquello que nunca han necesitado.

Átense al árbol como un perro
inflando sus deudas
y pongan a trabajar a todo
el que esté dispuesto
a dejar su vida por un salario
penoso, literalmente sangrante.

Compren, acumulen, arrinconen.
Diógenes se sentiría feliz
abriéndose paso entre sus objetos inservibles.


Creo que Fidel  eligió el Black Friday
para morir,
para anunciar su claudicación
fumando el último puro.
La utopía
                                                                                                   cada vez más lejos.


   DIME

Dime, ¿cómo te sientes?
¿Cómo te percibes cada día?
Dime si puedes mirarte al espejo
sin bajar la mirada,
sin pestañear.

No sé.

Cuéntame cuál de las cien lianas has elegido
para escapar en caso
de evacuación forzosa.
Si cada amanecer cosquillea entre las sábanas
o te despiertas sobresaltada.

Quizás.

Explícame tus estrategias de vida,
tus armas contra el dolor
y tus contradicciones.

Es difícil.

Ayúdame a encontrarte en esa maraña
de dudas, anhelos y frustraciones.
Pasemos un rato deambulando
entre las risas y el llanto
sin juicios, prejuicios ni sentencias.

Agradezco ese interés, la compañía
y la mano tendida.
Valoro la honestidad
del que se esfuerza en ser íntegro,
la generosidad y el empuje
ante mi descreimiento.
Valoro la crítica sin saña,
el beso dulce,
la dulce caricia.
El pañuelo desdoblado
que regresará a tu bolsillo
manchado de carmín,
empapado del último sollozo.

Valoro cada minuto que pierdes
preguntando por mí.
                                                                      

 




EL FINAL

Dime algo que aún no sepa,
enséñame el extremo de tu calcetín,
las costuras de tu ropa interior,
el tatuaje de tu espalda.
Muéstrame el lóbulo de tu oreja
y la luna de tus uñas.
Háblame en lenguas desconocidas,
muérdeme antes de besarme,
señálame con tu dedo
e invítame a tu guarida deshabitada,
al calor de las palabras absurdas
y de los sentimientos olvidados.

Para disfrutar
mejor empieza por el final
y vísteme poco a poco.

                          






 COSTURAS

Repárame.
Repara mis rotos y descosidos.
Une mis jirones de piel
y zúrcelos.  Reconstruye.
Rellena hasta darme volumen
y que pueda sostenerme
sobre mis pies.
Seguir tu estela,
tus pasos rítmicos,
el sonido de tu voz.

Rescátame de ese montón
de ropa olvidada.

Remienda los daños de otros sastres.
Déjame bonito
y sácame a pasear
con la sonrisa bien cosida
a los labios con vainica doble.
Salpica mi piel con lunares de bodoque.

Déjame las costuras
bien rematadas
para que no entre la tristeza
a través de los pes—pun—tes.

No quiero hilvanes,
ser cobijo de una noche
ni remiendo triste
en la rodilla de tu pantalón.



 PERROS

A un perro le das una patada
y lamerá tu mano,
seguirá confiando en ti.
Yo me pregunto
por qué nos necesitan tanto.

Todos tenemos algo de perro:
patada tras patada
seguimos esperando
una caricia en el lomo.




¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

¿Qué está pasando?
Qué se mueve bajos mis pies
o sobre la estratosfera.
Qué satélite nos vigila
y qué erupciones volcánicas
desbordarán las aguas.

Quiero saber qué sucede.
Quiero tener el control
dentro de lo posible.
Me enervan esos hilos
que mueven mis pies.
Las calles sin tomar
mientras nos roban el pan.
Me duelen las cunetas
que aún acogen a hombres
 y mujeres de verdad
mientras habitan los paraísos
hombres y mujeres de mentira.

 



       
  CIEN MUJERES

Desdoblada en las mujeres que soy,
imperfecta en cada una,
especialista en nada,
equilibrista en todo…

Qué abandonar
para ser una súper mamá,
una escritora no mediocre,
una mujer independiente,
una amiga disponible,
una amante a tiempo completo,
una administradora eficiente…

La sensación de fracaso
es como el cielo gris de mi ciudad:
el paisaje adjudicado
del que no puedo escapar.



        



  GATOS

Esta mañana se ha cruzado un gato en mi camino
-o yo en el suyo-.
He posado las bolsas de la compra en la acera
y me he agachado a acariciarlo.
Ha sido un tiempo provechoso y feliz:
tocar su lomo  alivia sinsabores
.
Y su filosofía  de vida,
exacta en lo esencial,
hermosa en su actitud,
lima aristas y te reconcilia
con lo sublime.

Podría pasarme las horas
mirando su quietud vigilante,
su magnetismo incuestionable,
sus juegos lisérgicos,
su caza infalible.

Entonces, suspiro satisfecha,
y sé que estoy
ante algo realmente perfecto.





JUGAR POR LOS QUE NOS HAN DEJADO

Jugar por quien ya se ha quedado fuera del juego.
 Amar por encima de la ausencia.
 Celebrar lo vivido y preservar la memoria de lo amado.
 Reír porque nos sale y porque ellos lo hubiesen querido así. 
   
                                                   Para las que seguimos acompañando a Rosa.




 FUEGO

Entre la tierra y la savia de los árboles,
entre los seres que huyen
si nos presienten,
está la verdad olvidada.
Olvido como cadena
que nos hace esclavos.

Y está el silencio.

Y las estrellas tocando el suelo.
Lo que ha de permanecer y es tan frágil.
Es su latido lo que nos alimenta
ajenos a ese pan cada día más correoso.

            ¿Qué será de nosotros cuando los árboles hayan muerto?



 DIÁLOGO


Hay un gato en la escalera
tumbado al sol
en una postura hedonista,
casi obscena.

Simulo un diálogo
de persona a felino-miau, ay-,
e interpreto que amonesta
mis lloriqueos de mujer occidental.
No entiende mi tristeza:
tengo pan y vino,
tengo un armario abarrotado de ropa,
hijos sanos y alguna que otra amiga leal.
Tengo un techo enorme sobre mi cabeza
y el mar a escasa distancia.
Vivo —de vez en cuando—  sensaciones intensas
y celebro algún que otro éxito.

Se despereza, se estira infinitamente,
indolente y feliz.
Se da la vuelta
y decide ignorar mi empeño
en convencerle que la vida, a veces,
es una mierda.



  LA OTRA SEDUCCIÓN

Oriente seduce a occidente.
Occidente atrae al Tercer Mundo
y este escapa de sus tiranos
para habitar los vertederos.
Las ciudades embaucadoras
 vacían los pueblos,
fantasmas de una existencia
que abandonó el calor del fuego.

El político  prepara discursos
para succionar tu voto
y dejarlo morir en las urnas de metacrilato.
El seductor afila sus garras
y refresca la memoria
con su arsenal de palabras
y promesas imposibles.
Y desaparece. Y explotas
convertida en partículas
de desesperación.
La vida te seduce
y la malgastas como si fuera eterna.
Si pensáramos en la certeza que es morir,
todos seríamos suicidas.


PASADO Y FUTURO INDEFINIDO

Fuimos alguna vez
seres vivos.
Jugamos hace tiempo
a la no existencia.
Leímos nuestros pensamientos
tras una lobotomía.
Éramos exhibicionistas
y escapamos por la puerta de atrás.
Queríamos ser libres
hipotecados entre barrotes.
Pasábamos frío
en el periodo canicular.
Siempre estuvimos descalzos
en aquella tienda de zapatos.

Y,
me temo,
 nunca
seremos felices.



 Julia Navas Moreno. Simulacro. Canalla Ed. 2019

Nacida en Avilés en 1966, reside desde hace años en Gijón.  En el 2014 publica su primera novela, Esperando a Darian (Hades). Licenciada en Historia del Arte, su verdadera vocación apuntaba al periodismo; se resarce escribiendo en la revista musical Future Magazine. La música como universo cotidiano es una constante en su obra tanto narrativa como poética.

 En 2015 publica su primer libro de poemas Confieso que he perdido el miedo  (Hades), que será representado por la compañía valenciana  Teatro Círculo. Ombligos y Universos (CANALLA Ediciones, 2016) es su segundo poemario.  Como poeta, participa activamente en recitales y actividades culturales de su ciudad de acogida y sus poemas han aparecido en revistas como Absenta Poética en el monográfico Nosotras, Cronopios, Susurros a Pleno Pulmón…  También aparece en la antología Poetas precarios publicada para apoyar la “Marcha contra la precariedad” y en libros colectivos de relatos como “Habitación 2019”, “De vinos” y “Palabra Fiera”, con el proyecto editorial “Alternativas”;  Versos para bailar o no y La Banda Sonora, con editorial Almuzara; Histeria, con Bajamar; “;  “Poemas contra el Olvido” , editado por “Acción en Red Asturies y Coordinadora de ONGD del Principado de Asturias; en ODISEA CULTURAL, para “Palabra de Argonauta”
“Compartiendo Historias” recoge el relato ganador  del concurso convocado por la Concejalía contra la Violencia de Género del ayuntamiento de Tarrassa.
En junio de 2018 presentó su nueva novela “¿Qué hay en una habitación vacía?” con Canalla Ediciones, y con la misma editorial ve la luz su último libro de poemas, SIMULACRO (2019).












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