Yo no me hice policía para desahuciar
gente
ni para disolver manifestaciones.
No me hice policía
para detener a parias hambrientos
ni para proteger a ladrones de guante
blanco.
No me hice policía para deportar inmigrantes.
Por supuesto, no me hice policía
para desfilar tras un paso de la (SS)
Semana Santa
y jamás para torturar a nadie.
¿Lo entiendes hija de puta?
Tienes que entenderlo.
Le decía mientras con furia
golpeaba el rosto de la chica.
Esto no lo llevo a cabo por placer
lo hago porque tengo una hipoteca
mujer y cuatro hijos que alimentar.
Pero te juro que no me hice policía
para torturar a nadie.
Eladio Méndez. En Poesía & Harragas. Voces del Extremo. Moguer, 2019
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