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martes, 6 de octubre de 2020

7 poemas de LOS MUERTOS Y LOS DORMIDOS de PATRICIO RASCÓN

 



MANO DERECHA

 

A Antonio Rascón, in memoriam

 

Tras apartar sus ojos del periódico,

Me dice Pedro,

Uno de tantos empleados que acuden por las mañanas

A tomar café al bar de la estación:

¿Qué habría ocurrido si Franco no hubiese actuado,

Si hubiese dejado que gobernasen los comunistas?;

Y yo respondo con una de esas frases neutras

Que he aprendido a esgrimir cuando quiero salir del paso

Sin presentar batalla.

 

Minutos más tarde,

Mientras me debato aún entre si mi respuesta

Fue pragmática o cobarde,

Asociando ideas,

En la retina de mi memoria

Rememoro una escena difusa,

Que durante muchos años estuvo oscilando,

Y oigo la voz de mi tío que me confiesa:

Tú tendrías tres o cuatro años, tu padre puso tu mano

Sobre el tubo de escape de su moto, aún caliente,

y dijo: Para que no te arrimes y te quemes.

 

 

NIEVE

 

I

 

El minero se ahorcó

Con la cuerda de una persiana

En el porche de su casa.

 

Acudimos a verlo

Casi todos los niños de la barriada.

 

Lo mirábamos en silencio

Con respeto.

 

Pero hacía mucho frío

Y comenzó a nevar.

 

Abandonamos al muerto

Y nos fuimos a jugar con la nieve.

 

Era la primera vez

Que veíamos la nieve.


***

NIEVE

 

II

 

Sólo tengo 19 años,

Pero no puedo levantarme.

 

Estoy tirado en la acera,

Sobre la nieve,

Y no puedo levantarme.

 

La gente pasa de largo.

 

Dos colegas se detienen:

Uno me ofrece café,

El otro, un porro.

 

Pero lo único que necesito

Es que me ayuden a levantarme.

 

Lo mismo que quería

Antes de emborracharme.

 

***

TRES PALOS

 

Una dolencia crónica

Libró a mi mujer de algo tan abominable,

O más aún,

Que la enfermedad:

El trabajo.

 

Que dignifiquen esa palabra

Todo lo que quieran

Los ignorantes

Y los interesados en que la ignominia prevalezca,

Pero

El sustantivo trabajo

Viene del verbo trabajar

Y este vocablo procede

Del latítripaliere.

Tripaliere viene de tripalium;

El tripalium era un yugo hecho con tres palos

En el que se amarraba a los esclavos;

 

No para cubrirlos de dignidad

Sino para azotarlos.

 

***

MANO IZQUIERDA

 

De pequeña,

Allá por la década de los 70,

Noni iba a un colegio de monjas.

 

Como era zurda,

Las hermanas le ataban esa mano

A la trincha del mandil,

Con el lazo de su coleta,

Para que escribiera con la diestra.

 

Cuando yo la conocí,

En el 80,

Padecía disgrafía y era ambidiestra.

 

La primera vez que caminamos de la mano,

Me tendió la izquierda.

 

 

BANCALES DE RODA, 1988

 

A los gitanos del Campo de Cartagena

 

Era un curro muy duro,

Pero me sentía más libre

Que en ningún otro de los que he tenido hasta ahora.

 

Cortaba lechugas en el campo

Y las depositaba en una plataforma

Donde las envasaban a un ritmo endemoniado.

 

Tenía los lumbares hechos polvo

De tanto agacharme para coger lechugas,

Pero cuando me erguía

Me regodeaba contemplando la vastedad de los bancales

Y respiraba hondo.

 

Mis compañeros eran gitanos.

Buena gente,

Solidaria y generosa

Con quienes lo merecían.

 

En aquel tiempo,

Yo era capaz de bailar gitano

Con mis botas de gitano,

Y podía arrearle una patada a un taburete

Sin romperme ni un dedo.

 

Era cuando me llamaban poeta

Sin haber escrito ni un poema.


***


PESADILLA

 

Abres los ojos sobresaltado:

Has soñado de nuevo que volvías a trabajar

En la fábrica en la que te robaron gran parte de tu adolescencia.

Una de tus peores pesadillas.

 

Tras apenas un par de segundos de desconcierto,

Te reubicas:

Estás tendido en un sillón.

Entumecido.

A tu izquierda,

Yace tu mujer en una cama articulada.

La cara,

Grisácea y afilada,

Y el escuálido brazo derecho

Cubierto de catéteres y moretones.

 

Resulta inútil volver a cerrar los ojos.

 

Imposible despertar.



Patricio Rascón. Los muertos y los dormidos. Fahrenheit 450º. 2020

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