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viernes, 17 de marzo de 2023

¿Qué hace usted viviendo en un presente sin futuro pudiendo vivir gracias a su maravillosa imaginación en un futuro sin presente?


 


Ahora que en este planeta las guerras parecen un videojuego, y los atentados terroristas se retransmiten en directo por Facebook, banalizando como nunca el valor de la vida. Ahora que, como afirma Erik Fromm, «el acto de comprar y consumir se ha convertido en una finalidad compulsiva e irracional», ahora que Dios es tan extraño como el mundo en general, ahora que es tan necesario el pegamento para la cohesión social que supone la ética,12 nos preguntamos, como Hölderlin, por la poesía en tiempos de miseria, por la utopía del municipalismo libertario, según escribe Antonio Orihuela:

Heredé de mi padre

el sudor en mi frente, su fiambrera, su afonía, su invisibilidad.

 

Solo soy un hombre, cantaban Lynard Skynyr,  

y mi melodía se llama trabajo,

coche, parabrisas, coche, parabrisas, hastío sobre hastío,

cigarro tras cigarro,

años yéndose por la cinta de la cadena de montaje,  

huesos molidos envueltos en valiums

[…].

 

Asevera Safranski que el capitalismo ha venido para quedarse. No existe como sistema político, incluso carece de ideología. Pero todo lo domina. Y por supuesto los grandes trusts de comunicación contribuyen a la ocultación de ese poder. Esa es la base de su éxito. Por eso nunca estará expuesto a la luz solar. La exhibición en las redes sociales (o en Tele 5) es propia de los oprimidos. Una exhibición impúdica, que raya en lo pornográfico. Nunca veremos una imagen de un magnate en esos ámbitos. Urge la pregunta sobre si ha terminado la revolución americana, si es posible un espacio para el socialismo, si la labor de la Iglesia con los pobres y enfermos cumple una función que no asume el Estado, si existe el futuro para los estudiantes universitarios. Cuanto más lee la oveja, más negra se pone, se rotula en el blog de Voces del Extremo. Combinar lucha por las ideas y choque con la realidad económica no es bueno para la salud, pero abre una vía mística para la convivencia, una serendipia donde cabe otra perspectiva de la infancia. Escribe Orihuela en el poema «To        infinity and beyond»:

 

Querido Buzz Ligthyear,

yo también me resistía a creer que era un juguete  

 y no el guardián del espacio.

 

Yo también creía que mi traje y mi equipo no eran puro plástico fabricado en cadena.

 

Yo también creía que mi radio comunicador  no era una pegatina,

que mi rayo láser no era una simple luz roja,  

que mis alas podían volar.


 

Querido Buzz Ligthyear,

yo también recojo datos, informes  

que no sé bien si sirven para algo  

porque he olvidado si fui enviado aquí  

con alguna misión

y al otro lado nadie contesta a mis mensajes.

 

Según Hannah Arendt, la sociedad moderna, como sociedad de trabajo, aniquila toda posibilidad de acción, degradando al ser humano a animal laborans, a mero animal trabajador. Teoría en la que incide Byung-Chul Han, al describir el colapso psíquico que sufre el sujeto kantiano que reprime sus inclinaciones o burnout, o síndrome del trabajador quemado, puesto que no hay lugar para la negatividad del no, lo que evidencia una pro- funda crisis de la libertad. Y volvemos al cuadro del conflicto hobbes-freudiano entre civilización y salud mental y felicidad. Porque el capitalismo ha creado un modelo que pretende convencernos de la naturaleza aislada, asocial, insaciable y competidora del ser humano, pero, como sostiene Erik Fromm, la finalidad de la vida es el despliegue de las potencias creadoras del hombre.13

 

[…]

 qué poder en la belleza con lo feo que es el poder, qué presentes las derrotas, las alternativas no realizadas,

la basura de este muladar que llaman país, 

 qué minusválidos los que necesitan

salir todos los días en televisión para sentirse vivos,

qué de sueños en esta bandera roja y negra  

con la que envolverás mis huesos,

qué hiperrealidad redundante más irrealista, 

 qué verdad tan poco verdadera,

[…].

 

 

 Juan Manuel Barrado. Todo es agua menos el agua. Ed. La Moderna. 2022

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Me parece a mí, Cthulhu me coja confesado, que España, esta España, marzo del 2023, fecha que huele a víspera, —se nota ya mucho, ¡ummm…!—, no se merece este blog. Los del extremo podíamos empezar a llenar la hucha para el cohete hiperlumínico. ASB.

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    1. Jajaja qué bueno Antonio por desgracia no hay otra estrella a la que huir... como Juan Ramón Jiménez decía al único sitio donde podemos ir es a nosotros mismos... gracias por tu compañía!!

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