Ajeno al invierno que llega
con su frío aliento
y su lengua de hielo
sigo soñando
con que no ha pasado el tiempo,
porque, ¿dónde podría ir el tiempo sin nosotros?
Amigos que estáis lejos
siento cómo me decís adiós
mientras camino por la orilla del otoño.
Habría sido hermoso
no contar jamás el tiempo,
sólo ver crecer el amor.
Ilustración: Teresa Chacón.
Los lirios de esas dunas, de esas orillas...
En tu trayectoria de espejito dulcemente imantado, ¡felices sueños!
Los lirios de esas dunas, de esas orillas...
ResponderEliminarEn tu trayectoria de espejito dulcemente imantado, ¡felices sueños!
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