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martes, 26 de septiembre de 2023

3 poemas de ANTISONETOS de CRISTIAN ESTEBAN MARTÍN

 



Han venido los poetas


Quienes me conocen

saben quiénes son los poetas,

esos que aparecen en los veranos

en las calles de este pueblo

Saben que son esa marabunta

cargada con no sé qués nuevos

y aspectos raros

trayendo algo extraño

que se terminarán llevando


"Cristian, ya están aquí los poetas"

me anuncian esperanzados

aunque nunca hayan leído una poesía

ni hayan estado jamás tan cerca de un poeta


Yo sé que los poetas están aquí,

porque pego los cárteles con Antonio

y porque espero la fecha cada año

la catarsis de un mundo dentro de otro


"¿Vas a lo de los poetas?"

y resulta rara la palabra poeta

en sus bocas, en sus ojos…

suena como si pronunciasen

libertad, travesura,

soy hermoso, yo no voto,

y me amo, en lugar de mi amo.


A eso me suena cuando me hablan

de los poetas de tu amigo Antonio.


Yo no les digo que los poetas no tienen dueño

y que por eso tal vez les va cómo les va,

como ellos quieren ir sin ser llevados


Los poetas, estos y algunos otros,

si tienen algún dueño,

no está en este mundo

aquí no puede estar


Nunca, tal vez,

estarán tan cerca de un poeta

ni si quiera de una poesía

aunque yo, nervioso, les haya leído algunas

para ver qué pasa

a dónde iba, el poema,

o a dónde iban ellos

y muy pocas veces se ha movido nada


Claro, los poetas pasean por el pueblo

con ese aspecto de turista desacreditado

y se llevan las miradas de las gentes

con las que tal vez, escriban, más tarde

un poema en la habitación del hostal,

en la taberna de Raposo, en el Alkimia

o en el cuadernillo manoseado del alma


La gente del pueblo no sabe

que en todas las cosas hay un poema,

y es que algunos poemas permanecen mucho tiempo sepultados,

esperando a que el poeta extirpe la palabra

y le ponga vida, que vuele, que sea


La gente del pueblo no sabe

que en todas las personas hay un poema,

y es que algunas personas permanecen mucho tiempo sepultadas,

esperando ser extirpadas

y les pongan vida, que vuelen, que sean


Casi nunca nadie me acompaña,

solo preguntan por los poetas,

nunca por la poesía


Pero los poetas son la poesía

un verso con su forma de vivir


Los poetas vienen al pueblo

pero, ironía,

el pueblo no va a los poetas


Pero yo sigo viendo

en sus bocas y sus ojos…


algún tipo de poesía


les pusieron vida, vuelan, son

 

 


Antonio sigue ahí


Antonio sigue ahí,

casi como cuando lo conocí


Lo llaman los amigos, supongo

y deben decirle algo así como

"Antonio, a ver si puedes acercarte

y nos lees unos poemas…"


Y Antonio se posa delicado delante de un micro

como criatura a la que sacan

de algún lugar cálido,

el hogar donde los guerreros

regresan para meditar


Y parece tan ínfimo, tan pequeño, tan inofensivo

con su librito entre las manos

eligiendo con cuidado y mimo

las balas con que ha de sesgar

el aire corrupto que nos rodea


Pero es tan necesario,

tan certero,

tan herida en la herida



Se convierte, porque lo convertimos

en una especie de oráculo pre-apocalíptico

y con pedagogía nos corresponde

en una serie de posibilidades

asegurando que es verdad eso de que

otro mundo mejor es posible

más allá de la televisión


Antonio es, para ellos

lo poco que tienen para sentirse menos esclavos

Pero para nosotros es,

lo mucho que tenemos para sentirnos nuestros dueños


Puede parecer poca cosa,

apenas una pieza de artillería

que los rebeldes hemos colocado

en mitad de la plaza

para hacer frente al arsenal poderoso

de ciborgs y drones

con que el tirano

quiere hacernos polvo


Seguramente podría haber sido

miembro de la real academia,

incluso prologado por Sánchez Dragó,

tertuliano junto a Pérez-Reverte

y hasta concursante de gran hermano

¿Os lo imagináis?


Pero eligió estar entre los que iban a perder,

estar presente en el bando que cuenta bajas

para volver de nuevo al barro y al hambre

puede que porque con barro y hambre

se conforme la chispa del revolucionario


Antonio permanece ahí

un rato más de píe, diciendo

que él sabía el precio que tenía que pagar

por ser capaz de elegir su propio bando


Le hacemos preguntas después,

cuando sus poemas todavía silban por la sala

Preguntas a las que él mira

como diciendo en su armoniosa sonrisa:


Vosotros ya sabéis las respuestas


Un hámster en una ruleta,

le leí una vez


Y es verdad,

aunque nunca se lo he dicho

que también yo tengo esa sensación de que él,

de alguna forma representa el antiguo vínculo mágico

que tenemos las almas contemporáneas

con los viejos chamanes de la tierra


No es el único ni tampoco el último

Pero uno si tiene en su presencia

esa sensación de que:

Como no aprovechemos esta oportunidad

sus poemas más tristes

se van a hacer una realidad aún más jodida


Nosotros le escuchamos…

¿Será suficiente para él?

¿Será suficiente para nosotros mismos?


No lo sé,

pero en cualquier caso,

Antonio sigue ahí







Voces


Aquí he muerto y he vivido


La poesía vino a rescatarme

del naufragio del clavo ardiendo


He avistado tierra

y quiero estar aquí,

con vosotros,

en esta isla de conciencia



 

Cristian Esteban Martín. Antipoemas. Ed. Crecida, 2013

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