ÁRBOLES AMERICANOS
ÁRBOLES ANDALUCES
SI LOS ÁRBOLES (del
Bosco) tienen oídos,
¿hablan también por sus
estomas foliares?
Hay árboles que hablan fino, como los de
Central Park (NYC). Otros lo hacen en el dialecto pétreo de las dolomías. ¿Qué
dicen los árboles de Andalucía? ¿Y los americanos? ¿Expresan sueños lúcidos, silencios
diferentes que los árboles de Pennsylvania?
—Yes,
because they are alone in their awakening[1].
Los árboles urbanitas sufren insomnio.
Ni siquiera el beleño del sueño, remedia el estrés hídrico del Genil, del Darro
o de la quinta Avenida. Hay algo errado en la sombra; oculta múltiples rucios en
estado de ebriedad. En
Grazalema, el bosque[2] (relicto) pregunta: —«how can we cope the challenge of heat / drought?[3]». Y Quercio[4] revela (con
acento andaluz) la profecía (in)cumplida del árbol de la ciencia:
—«Preparaos para la no-vida del invierno
especular».
LIED DE LLUVIA
PARA ÁRBOLES AUSENTES
no huyáis la lluvia, mas dejad que os
cubra,
que os cale y que se cale y os sumerja
en sí,
SI ALGUNAS escriben para que el agua envenenada sea
bebible
también se escribe para hacer
llover / o hacer fuego.
¡Ay del poema que no inflama! ¡Ay del
poema que no enguachina las manos! ¿Recuerdas, Quercio, aquel día en que la
rambla se llevaba muñecas, coches y versos y anegaba de mimos los adoquines y
las aceras? Si toda lluvia habita en el
pasado, también tiene la distancia de lo indescriptible. Entre la orfandad y el
límite, el agua impronunciable que pesa en la memoria con gozo o con duelo. ¿Es
la palabra Carmen agua tibia en tu nombre de bosque? Si entonas el lied de la
lluvia inocente, ¿qué pasará con el trueno y el rayo? Toda lluvia tiene algo de
árbol. Todo árbol tiene algo de lluvia. Toda lluvia dice Azul o Ausencia y en
su áspero retorno hacia la infancia del mundo se hace Árbol. Se hace el Árbol con
la lluvia, la sal y la luz que se esconde en la fronda. Se necesitan palabras
¿preci(o)sas? para que el amor abra las cercas donde asoma el miedo. Se precisa
una flor para que existan dioses de los árboles enfermos. Se necesita agua para
aclarar la voz color azafrán. ¿Es que no hay ninguna lluvia fina que santigüe
los campos de la Vega? ¿Y qué hay de la lluvia gruesa que quiebra las ramas del
desencanto?
El amor, si nos abandona, toma la forma
de un helecho sin frondas. Un helecho que despierta del sueño de la realidad.
Bendita la lluvia cuando cae sobre los pinos azules y nos quema la mirada. Bendito el árbol que escribe las flores de
lluvia en la noche callada. Lluvia infinita (y blanca) sobre el bosque de
tu pubis. Bendito el árbol del arroyo que sueña con la lluvia indemne en un
poema del poeta desconocido… Árboles ausentes, huérfanos de lluvia en tus
versos. No sea la palabra carne (oculta)
de los árboles sino dócil teatro que (des)haga el Olvido.
El lied de la lluvia sobre la hoz
del estanque
El lied de los árboles sobre las
flores de lluvia.
16-01-2023
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