Páginas

lunes, 4 de noviembre de 2024

DIARIO NOCTURNO EN UN PAÍS FEO (fragmento XVII)


 

Lo de los momentos estelares de la humanidad de Zweig me pareció siempre exageración literaria, todo ha sido momento estrella del que depende el futuro de un país o de una sociedad, incluso lo más nimio, pero a nivel de una persona y de una vida puede que sí exista algún momento más estelar y decisivo porque puede recordarse luego a nivel personal, y el día 19 me temo, por ahora, con enorme angustia, que haya sido especialmente importante para mí: 19 de agosto de 1968. El día más anodino del mundo, del año y del siglo. Pero las dos noticias más importantes en la prensa de hoy son, lógicamente, que Su Excelencia el Jefe del Estado llegó a Marín a bordo del yate Azor, en el que embarcó con sus collares doña Carmen Polo de Franco, y que en Sevilla unos obreros que trabajaban en una calicata en la calle María Auxiliadora rompieron una conducción y brotó una gigantesca columna de agua. A mí me ha interesado más que jóvenes de la Juventud Obrera Católica, la JOC, comienzan a trabajar codo a codo con grupos de izquierdas, y que ha habido una reunión en Lo Rat Penat para establecer bases firmes sobre las que apoyarse las CC.OO. de Valencia y la desmembración del siniestro Sindicato Español Universitario SEU.

Pero recordando momentos estelares que todos hemos tenido en nuestras vidas: Bach en 1705, en Arnstadt, a sus 20 años, insulta llamándole Zippelfaggotist, fagotista de sonidos de cabra, a un tal Geyersbach, estudiante, con el que lucha daga en mano para mutilarse, y pierde el duelo sin ser herido al caer al suelo. O Händel, en 1707, a sus 22 años, batiéndose en duelo de espadas con Mattheson, autor de la ópera Cleopatra. En un certero ataque Mattheson alcanzó con furia a Händel y la espada se quebró en un botón metálico de la casaca del genio musical. Dos sucesos tontos de los que pudo cambiar la historia. Pero... ¿no son absolutamente todos, en todos, sucesos tontos?

 

Apunte nocturno:

España es un país de indiferentes que no aman la música y carece de músicos y de salas de concierto, que no piensa y carece de ingenios y de academias científicas, que no calcula más allá de divisiones y no tiene ni un solo matemático, que carece de físicos, de químicos, de astrónomos, de filósofos... Incluso por carecer no tiene ni generales propios que hayan llevado no a victorias para olvidar sino a decisivas victorias históricas. El puñado de hijos que alguien pudiera esgrimir como indignada excepción son solitarios que han actuado aislados y a escondidas, entre risotadas de gente corriendo delante de toros con llamas en los cuernos, cabras despeñadas desde torres de una iglesia o procesiones de enmascarados adorando reproducciones de cadáveres. Toda la culpa sería de una iglesia de cobardes y fanáticos si no fuera porque en realidad no es esa la causa sino una genética de serviles y de perezosos. Pero España un día despertará de su larga siesta de siglos cuando varios cientos de españoles al unísono tengan valor para no mirar tanto por encima de sus muros y piensen que puedan ser autosuficientes absolutamente en todo cuanto se propongan.

 

 

 

Antonio Santos Barranca. Diario nocturno en un país feo. Letrame Ed. 2024

1 comentario:

  1. Una buena historia para la historia de los momentos trágicos de la vida de los pueblos sería dejar a los lerdos volarse ellos mismos la tapa de los sesos, que sería lo justo.

    Chiloé

    ResponderEliminar