SALVOCHEA QUE EN LA LLUVIA ESTÁS

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Esta tarde por Cádiz melancólica,

esta tarde bajo la lluvia

espuma malecón

y septiembre ceniciento,

la televisión nos grita

mentiras que parecen verdades:

libertad y propiedad, igualdad y duquesas,

futbolistas y toreros, políticos y cantantes,

periodistas y tratantes, todos hablando de arte

aunque se trate de carne

y servidumbre.

Esta tarde en la que pregonan

que todos vivimos en Madrid, esos

que lejos del tajo

la vida se ganan sin trabajo.

Esta tarde de domingo e iglesias vacías,

de brutos tuneados, de coche hipotecado,

que lucen pantalón por la rodilla

y vacilan de horizonte limitado,

tatuaje polinesio, estudios olvidados,

música bacalao para mezclar con trabajo precarizado.

Esta tarde de Cádiz y quinielas,

adornada de santos y toreros,

cajita del McDonald’s con superhéroes

fabricados en la China por esclavos.

Esta tarde de rabia en los semáforos,

en la cola de los churros, en los niños del tercero,

que se arroja finalmente sobre el prójimo

pues parece imposible organizarla

cuando nos vemos en las plazas.

Esta tarde sin banderas, desteñida y poco digna.

Esta tarde de chalets en el campo, prisioneros,

campos de golf, telediario, raquetas, presidiarios,

fuerabordas, triunfadores, solitarios,

todos parte del problema

y muy pocos para solucionarlo.

Esta tarde por Cádiz Salvochea,

en la lluvia y en el aire

siempre vivas

tus flores nosotros

sin tumba ni mundo,

nunca olvides.

Esta tarde por Cádiz Salvochea,

lloviendo tanto y tan humano,

bajo tu pecho, a tu cobijo,

vuelvo a recordar

en tu amor aquel dicho:

la vida del error no es más que un día.

Pase, pues, esta jornada, su larga noche fría,

y lleguen las candelas libertarias que esperabas,

las candelas libertarias que querías.

Antonio Orihuela. Cosas que tiramos a la basura. Ed. Amargord, 2012
Fotografía de Felipe Zapico